Capítulo 20 | Pastel de limón

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"𝑺𝒂𝒊𝒅 𝑰'𝒎 𝒇𝒊𝒏𝒆, 𝒃𝒖𝒕 𝒊𝒕 𝒘𝒂𝒔𝒏'𝒕 𝒕𝒓𝒖𝒆

𝑰 𝒅𝒐𝒏'𝒕 𝒘𝒂𝒏𝒏𝒂 𝒌𝒆𝒆𝒑 𝒔𝒆𝒄𝒓𝒆𝒕𝒔 𝒋𝒖𝒔𝒕 𝒕𝒐 𝒌𝒆𝒆𝒑 𝒚𝒐𝒖"

𝐓𝐚𝐲𝐥𝐨𝐫 𝐒𝐰𝐢𝐟𝐭


Tiffany odiaba cocinar.

Jamás le gustó ocasionar desorden en la cocina, no le gustaba manipular alimentos crudos con sus manos, tampoco esperar que algo se cociera en el horno, nada de eso le agradaba. Seguir una receta y que no saliera como debería la volvía loca, hacía que sufriera niveles altísimos de estrés, por eso se negaba a cocinar. Siempre y cuando tuviera comida congelada sin gluten que solo debiera colocar en su horno microondas ella no debía preocuparse.

El setenta por ciento de su nevera estaba ocupado por comida congelada precocida, el resto era fruta y agua, y eso estaba bien la mayor parte del tiempo hasta hoy, que debió salir temprano hacia el mercado más cercano a su piso en Brooklyn.

No tenía ingredientes para hacer un pastel de limón, pero no se desanimó. Salió a las ocho de la mañana con la esperanza de conseguir todo lo necesario, pero se llevó una gran desilusión al ver que no era así.

De más estaba decir que jamás había preparado un pastel de limón, por eso la noche anterior hizo una videollamada con Margaret donde ella le dictaba la receta y le explicaba el paso a paso mientras Tiffany tomaba nota atenta como buena alumna. Le había dicho a su abuela que quizás no conseguiría los ingredientes exactos, si de ser así podía reemplazarlos por otros.

Y ella se había limitado a hacer una mueca y mirarla con los ojos entrecerrados antes de replicar con un bufido:

—Vives en Nueva York, consigue los malditos ingredientes.

Así que era sábado por la mañana y ella se encontraba en el tercer mercado que había encontrado cerca gracias a Google, no tenía intenciones de ir a Manhattan así que esperaba encontrar todo lo necesario allí para que su plan no se viera afectado.

El destino al parecer le sonreía ya que encontró todo lo que necesitaba, había gastado más de lo pensado, pero ya había cobrado su primer sueldo, había regresado el dinero que su mejor amiga le había prestado y oficialmente era una mujer sin deudas, con lo suficiente para sobrevivir hasta el siguiente mes.

Era un gusto que podía darse. Aunque pensándolo bien, ni siquiera lo hacía para ella.

Resopló cuando salió del lugar y notó que todo el cielo se había convertido en un lienzo gris liso. Ahora debía regresar a su piso con bolsas de compras que estaban a punto de explotar y una tormenta amenazante sobre su cabeza.

Estúpido pastel de limón, pensó.

Estúpido Tyler y su manía de nacer en diciembre. A semanas de navidad y cuando el clima es detestablemente frío y húmedo, pensó.

No habían vuelto a hablar, desde la noche del hospital, desde esa despedida incómoda la mañana siguiente. Él no la había contactado y ella se sentía como una estúpida cada vez que lo recordaba, tuvo el impulso de escribirle más de una vez, pero borraba el mensaje antes de poder enviarlo, porque ¿Qué podía decirle?

Se encontraba demasiado avergonzada para admitir que además era una cobarde.

Por eso, quizás, con un pastel de limón podía conseguir una tregua.

Recordaba su cumpleaños todos los años y, aunque habían pasado dos semanas sin hablarse y prácticamente volvían a ser extraños, sintió la necesidad de acercarse a él.

Tus mentiras y mis verdades ✔ [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora