Baño de café
—Sargento, la última ves que tuvimos una reunión como esta, la protagonista era la misma. ¿No cree que eso sea una mala señal?
Devora no se cansaba de soltar comentarios alusivos, incluso cuando en hombre frente a nosotros no daba señales de escucharla. Y es que no se molestaba en disimular su mal humor, o su ápice de predisposición para arreglar al problema puesto en sus manos.
—A petición de una persona que estaba en la sala cuando todo ocurrió, antes de entrar a esta oficina estuve en el cuarto de cámaras. Las imágenes son mucho más confiables que palabras que solo destilan desprecio. —De inmediato miré hacia la puerta, deseando tener a Sam cerca para ahogarla con un abrazo. El ser humano que nos atendía miró a su al rededor con hastío.
Y tras la breve pausa, continuó— No obstante, me gustaría escuchar cómo se defenderá.
Casi estuve a punto de comenzar a parlotear, cuando noté que esas palabras no estaban dirigidas hacia mí.
El idiota, que respondía al nombre Josh, vaciló antes de intentar hablar y digo intentar porque el sargento solo soltó un ruidito exasperante y se adelantó a decir el veredicto final.
—Mejor cierra la boca, estás suspendido del programa por tiempo indefinido. Recoge y vete antes de que vuelva a notar tu presencia. —el chico estaba sin palabras, creo que todos allí nos encontrábamos igual. Pero claro, justo cuando Hunter se obligó a salir de su trance, el sargento tuvo otra cosa que decir —No olvides disculparte por la inmadurez y desfachatez de tus actos.
Eso sí que lo descolocó. Vi sus orejas enrojecer y casi pude escuchar como los engranajes de su cabeza formulaban una negativa ofensiva para todos los presentes.
—No haré tal cosa. —se negó rotundamente— Esta loca me quemó todo el rostro con café.
Su declaraciones no tuvieron muchas reacciones entre nosotros. Casi podría apostar el nivel de indignación del sargento porque su orden no haya sido acatada.
—No recuerdo hacerle una sugerencia. Discúlpese con la señorita.
—No lo haré. Ella es quien debe pedirme disculpas.
Esa fue, sin dudas, la gota que derramó el vaso.
—Retírese de esta oficina en este momento, sabiendo que esta expulsado del programa. No lo quiero volver a ver en este edificio. El oficial Stewart lo acompañará a la salida y en unos días se regresaran todos sus papeles.
Todos los presentes quedamos sumidos en un silencio muy denso. No me atrevo a suspirar o hacer cualquier tipo de movimiento. Cuando me levanté esta mañana y pensé en este momento, nunca imaginé que terminaría en una expulsión directa.
En medio de tumbonas sumidas en confusión e ira, Hunter abandona la oficina acompañado de Anthony.
—Ahora, señorita Campell, tenga claro que no apruebo comportamientos como el suyo. Es inmaduro y muy poco profesional. Debe solicitar apoyo y ya está. ¿Entendido?
Contrariada, sé que tiene razón, pero dudo que en algún momento de su vida haya padecido por algo similar a lo que sufrimos tantas mujeres en el trabajo; a pesar de todo, suelto un:
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La Sombra De Tu Presencia
Mistério / SuspenseAmber Campell es una joven estudiante de criminología apasionada por la mente y comportamiento humano. Su universidad en convenio con una agencia de seguridad privada, crean un programa de prácticas para sus estudiantes más destacados, con el fin de...