we are for each other?

2.2K 113 3
                                    

— La razón fue una chica. Carla. —su mirada estaba gacha, puesta y atenta en el verde cojín del sillón—. Ella fue mi novia durante un año; estábamos bien, o eso creía yo, hasta que un día llegué a casa y mamá me dijo que Carla había ido y me había dejado una nota, una especie de carta o algo así... —se quedó en silencio y respiró de forma notable varias veces, mientras que yo sólo observaba cómo su perfecto abdomen se inflaba y desinflaba bajo la camisa azul que vestía; luego continuó—. Subí a mi habitación y me senté a leer la nota; decía que se iba, que no la buscara y que era el fin de nuestra relación. Que lamentaba que eso tomara tanto tiempo y que se iba simplemente porque se merecía algo mejor que... yo —su semblante de ángel ahora parecía como si estuviese tallado en piedra, con una expresión hostil y entristecida a la vez—. Terminé el año que me faltaba para graduarme y salí corriendo de ese lugar tan pronto pude; lo primero que se me ocurrió fue ir hasta Japón, pero llegué primero a Pachuca, me gustó y descubrí que era lo suficientemente lejos de ese lugar, así que decidí quedarme. Aparte de que ya tenía una historia con la ciudad y el fútbol. Mi familia no tiene mucho que se mudó cerca de mi apartamento. Mientras me iba esforzando en no recordar aquello ni nada de ese lugar. No te voy a negar que sí me dolió. Yo la quería bastante y para ella simplemente no fue suficiente...—su voz se perdió y luego el silencio apareció de nuevo, y supe que ya no hablaría.

— Qué estúpida —farfullé, incrédula y él me miró.

— ¿Disculpa?

— Carla, es una estúpida —dije—. Me disculparás, pero, ¿qué no eras suficiente? ¿Qué se merecía algo más? ¿Acaso existe algo mejor que tú? — "¡cállate!" me gritó la voz y capté la última pregunta que había salido de mi boca, el rubor corrió traicionero y sentí vergüenza; pero Kevinn me miraba enternecido, y mi corazón se conmovió dentro de mí, así que seguí hablando pero ahora consciente de lo que decía—. Qué tonta fue —musité—, porque no vió que eres un chico increíble, talentoso, atento, divertido, además de muy apuesto.

Él esbozó una sonrisa de medio lado.

— Estoy segura que jamás encontró ese "algo mejor" porque simplemente no lo hay —continué—. Qué lástima que te haya dejado ir, porque no supo que lo que dejó escapar fue como un tesoro, que ya no recuperará; por eso digo que Nailea es muy afortunada —en lo último de mi frase, la voz se me entristeció, pero él sonrió y aquella sonrisa le dio motivo a mi corazón para palpitar fuertemente.

— Qué linda eres —musitó y mi corazón comenzó a latir más y más rápido, expandiéndose por todo mi pecho.

— Gracias. —Sonreí apenas pude, porque aun estaba un poco atolondrada intentando calmar a mi bombeador de sangre.

— ¿Sabes? —me dijo— Eres la primera persona a la que se lo digo.

Cuando creí que el corazón había vuelto a su tamaño normal, volvió a inflarse completamente conmovido.

— Gracias por tenerme la confianza —murmuré.

— Gracias por escucharme.

Le sonreí de nuevo, aun sin comprender cómo es que aquella chica lo había dejado ir.

— Pero basta de mí, te toca —la sonrisa alegre apareció de nuevo en su rostro y esperé a que dijera la primera pregunta—. ¿Qué te inspiró a ser fotógrafa?

— Mi papá —dije—. Le gustaba mucho tomarnos fotos, a mí y a mi mamá y me gustaba cuando me sentaba en sus piernas y me las mostraba una por una, decía "Mis chicas" y luego me daba un abrazo. Me hacía sentir protegida —el recuerdo llegó hasta mi garganta, quebrándome la voz.

— Seguro tu padre está muy orgulloso de ti, donde sea que él esté —me acarició la rodilla con cariño y me sonrió.

— Gracias.

𝐌𝐀𝐍𝐔𝐀𝐋 𝐃𝐄 𝐋𝐎 𝐏𝐑𝐎𝐇𝐈𝐁𝐈𝐃𝐎 - kevin álvarezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora