— Bonito vehículo —dije.
— Gracias, pero me gusta más el de mi hermano —rió con franqueza—. ¡Oh! Ahora que recuerdo, dice que le encantaría salir para conocerte.
— ¿Qué?
— La idea de Nailea —aclaró.
— Oh, claro, pues... en ese caso, genial —musité.
— Te va a agradar, es muy buena persona —me dijo, mientras manobriaba con el volante del auto para dar vuelta en una calle.
— ¿Tratas de hacer lo mismo que Nailea? —inquirí, entrecerrando los ojos y mirándole.
— ¿Qué? —la nota de confusión en su voz no me pareció falsa.
— Buscarme pareja —dije. Él rió y se quitó las gafas de sol, dándole paso libre a la vista de sus bellos ojos.
— ¿Nailea hace eso?
— Lo está haciendo, estoy segura —musité y luego me crucé de brazos, acomodándome en el asiento. Kevin volvió a reír.
— Pues juro que no lo hago con esa intención —sonrió y se detuvo en una luz roja.
— ¿Y cómo puedo creerte? —inquirí, enarcando una ceja. Rió de nuevo, divertido por mi juicio.
— ¿No basta con que lo haya jurado? —preguntó, escandalizado y divertido.
— No tanto —negué con la cabeza. Seguimos avanzando cuando la luz se puso en verde.
— Bueno, creí que a lo mejor tenías pareja ya —dijo.
— ¿Y qué te hizo pensar eso?
— Pues, eres muy linda —se encogió de hombros—; no veo porqué no.
Me quedé helada y me fue imposible formular algún pensamiento en ese instante. Yo le parecía linda a Kevin. El rubor corrió de nuevo por mis mejillas, pintándolas de rojo.
— Gracias...—musité.
— ¿Ya me crees? —sonrió.
— Quizá.
Su risa estalló de nuevo y puso los ojos en blanco.
— Si que eres terca ¿no?
— No, sólo un poquito dura de convencer.
— Está bien, está bien. Esa es una cosa por la que no se me ocurrió emparejarte con mi hermano, otra es que Óscar está enamorado de una chica misteriosa.
— ¿Una chica misteriosa?
Se encogió de hombros.
— Lo conozco muy bien como para saber que está enamorado, el problema es que no me quiere decir de quién.
— Bueno, todos tenemos derecho a la privacidad —me encogí de hombros y el me miró—. Una amiga me lo dijo una vez.
— Bueno, creo que tienes razón —sonrió resignado—. Aunque me gustaría saber.
— Eres curioso —adiviné.
— Mucho —admitió.
Dio la vuelta a una calle y siguió derecho. Miré por la ventana polarizada, maravillándome con el encanto de Pachuca, sus edificios, sus calles, todo me parecía fantástico.
— Qué bonito —susurré.
— ¿Qué es bonito? —preguntó y mi atención volvió a él.
— La ciudad, la gente, todo...
Kevin volvió a reír.
— Sí, la primera vez que visitas Pachuca sueles enamorarte del lugar, con el tiempo le pierdes el encanto.
— ¿Cuánto tiempo llevas viviendo aquí? —pregunté.
— Más de la mitad de mi vida.
— ¿Más de la mitad de tu vida?—abrí los ojos como platos.
— Casi. Bueno, a decir verdad...soy de Colima.
— Wow, ¿por qué...? —me quedé a la mitad de mi interrogante, recordando las palabras de Nailea: "Me contó que era de Colima, que allí había nacido y que había venido a Pachuca por lo mismo que yo: olvidar amores del pasado, sin embargo hasta la fecha no me ha dicho qué fue lo que le pasó..."
— Por qué, ¿qué?
— ¿Así que vienes de Colima? —dije, tratando de evadir mi pregunta anterior, borrarla de la conversación o algo por el estilo.
— Sí, "", allí nací —respondió—. Pero, por qué ¿qué? —volvió a insistir.
— Nada, sólo me equivoqué de palabras, es todo —reí, nerviosa. Me miró con los ojos entrecerrados, no del todo convencido y luego posó su atención en el objeto que tenía sobre mis piernas.
— ¿Qué es eso?-preguntó.
— Oh, mi cámara.
— ¿Eres fotógrafa? —se asombró.
— Sí, y adoro serlo.
— Te gusta el arte entonces —concluyó.
— Por supuesto.
— ¿Sabes? A mi gusta el futbol.
— ¿Juegas fútbol por gusto o de manera profesional?
— Ambas, de hecho es una de las razones por las cuales ahora vivo en Pachuca.
— ¡Wow! Eres talentoso entonces. —Kevin sonrió, halagado por mi comentario.
— Gracias.
Siguió conduciendo y cada movimiento que él hacía me provocaba una sensación rara de encanto, en ese momento la respuesta de la pregunta que Nailea me había hecho se escuchó en mi cabeza: sí, Kevin era perfecto.
DISCLAIMER
Capítulo para compensar que eliminaron al Pachuca en repechaje. ;;
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𝐌𝐀𝐍𝐔𝐀𝐋 𝐃𝐄 𝐋𝐎 𝐏𝐑𝐎𝐇𝐈𝐁𝐈𝐃𝐎 - kevin álvarez
Fiksi PenggemarLas cosas son más interesantes cuando son prohibidas y Kevin Álvarez es una de ellas.