Estaba loca, severamente loca. Había aceptado la propuesta de Blade y ahora no podía echarme para atrás. Y es que alguna parte de mi cabeza, quizá la más destornillada, tenía la ridícula esperanza de que aquella exposición, de alguna manera me acercara a Kevin.
Tenía que llamar a Blade para darle el nombre de la exposición, me había dado sólo un día para pensarlo, ya que todo se llevaría a cabo en un mes, a finales de enero. Me había pasado casi toda la noche en vela, ideando algún buen nombre para mi trabajo, algo que fuera como el título de una historia, pero nada era lo suficientemente bueno. Luego recordé una de las conversaciones que había tenido con Ferni, aquella en donde le mostré la cantidad de fotografías que había tomado de Kevin. Había usado un término para referirme a ellas: Manual de lo prohibido, porque para mi eso eran.
Entonces tuve la idea y el nombre para mi exposición, Manual de lo prohibido. Luego de que llamé a Blade y que encantado aceptó el título, tecleé el número de Jesse, él aún me debía ciertas explicaciones. Le pedí que viniera a mi casa y a los pocos minutos apareció tocando mi puerta. Lo hice entrar y lo senté frente a mí en la sala.
— ¿Recibiste la noticia, no? —me sonrió, no sabiendo qué esperar.
— Justo ayer. ¿Por qué no me dijiste?
— Porque pensé que ibas a decir que no y no estoy equivocado, ¿verdad? —enarcó una ceja.
— Pues no, pero... acepté —exhalé.
— ¿Aceptaste? ¿En serio? —la expresión de viva alegría le volvió al rostro. — En contra de mi misma, incluso —admití.
— ¿Por qué dices eso? —preguntó, confundido.
— Porque al exponer esas fotografías, terminarán por odiarme, Jesse. Fui y destruí su perfecta relación, le mentí a Kevin al decirle que no lo amaba y ahora, vengo aquí a exponerle mi vida a medio mundo.
— No estás exponiendo tu vida —me contradijo—. Cada persona interpretará las fotografías a su manera, allí no dice "le robé el novio a mi mejor amiga" ¿o sí? —volvió a levantar la ceja.
— Ya lo sé, pero soy tan egoísta que no importa tanto que Kevin se enoje y me odie por completo, me duele muchísimo pero...sólo quiero verlo de nuevo. Por eso acepté, Jesse, esto me da la esperanza de volver a contemplar su rostro.
— ¿Egoísta? Regina, eres la persona menos egoísta que conozco, pero te diré lo que sí eres: masoquista —fruncí el ceño pero él continuó hablando—. Por una vez en tu vida, Regina, date gusto a ti misma. Vives preocupándote de la vida de los demás, de sus opiniones y te dejas de lado —me sacudió ligeramente de los hombros—; piensa por una vez en ti. Si esto puede que te acerque a ese tal Kevin, pues no te detengas. Por una vez en la vida, lucha por lo que quieres.
No me había detenido a pensar, que aunque Jesse fuese un bruto de sentimientos, podría llegar a ser también el amo y señor de la razón. Y justo ahora la tenía, no me iba a echar para atrás pensando en la gente a mi alrededor, o la que alguna vez estuvo allí; aún por más ridícula que fuera la idea y burda la esperanza, debía seguir adelante.
— Supongo que tienes razón, Jesse —le sonreí y él también.
— No supongas, la tengo —rió y luego me abrazó—. Sé que va a ser la exposición fotográfica más popular en todo Veracruz —me animó.
— O más allá.
Después de aquella tarde y de muchas más, mientras el tiempo seguía su transcurso y con el se llevaba mis suspiros; la fecha de la exposición fotográfica se acercaba. Blade había hecho su reconocido trabajo al darle la suficiente publicidad al mío; mandando a imprimir folletos, volantes e incluso un espectacular en la ciudad. Blade era un viejo chiflado, pero me daba esperanza. Inclusive se utilizó el diseño de una página web en Internet, anunciando la exposición fotográfica "Manual de lo prohibido" por Regina Montalvo y a lado, una fotografía de Kevin, la que Jesse había llevado a Blade. Ver mi nombre bajo el título y a lado de la fotografía era para mí como una llamada de auxilio para que Kevin la pudiera ver. Algo que esperaba lo trajera hasta mí al reconocer aquel nombre, del cual anhelaba no se hubiera olvidado tan pronto. No esperaba que me tendiera los brazos y me abrigara en ellos; sólo quería verlo de nuevo, tenerlo frente a mí era el deseo más ferviente de mi corazón, y aunque me odiara con toda su alma, le explicaría que lo amaba y porqué le había mentido; pero sólo si él atendía a mi llamado.
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𝐌𝐀𝐍𝐔𝐀𝐋 𝐃𝐄 𝐋𝐎 𝐏𝐑𝐎𝐇𝐈𝐁𝐈𝐃𝐎 - kevin álvarez
FanficLas cosas son más interesantes cuando son prohibidas y Kevin Álvarez es una de ellas.