Capítulo 23

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Yoongi sentía como si todo su cuerpo y alma estuviesen sido invadidos por Jungkook.

Y quería más, mucho más.

Se sorprendió cuando Jungkook se detuvo, iba a preguntar qué sucedía cuando la mano del príncipe cubrió su boca.

—confía en mi—pidió Jungkook, Yoongi respondió con un asentimiento y Jungkook alejó su mano de su boca.

De pronto sintió una fina tela cubrir sus ojos, por el tipo de tela podía adivinar que era su camisa de dormir. Jungkook alzó su cabeza y amarró dicha prenda, dejándolo a ciegas.

Yoongi respiró emocionado, pudo sentir a Jungkook moverse y Yoongi estaba dispuesto a recibirlo todo, pero el movimiento fue para salir. Y antes de cualquier protesta el príncipe habló de nuevo.

—espera, no te la quites.

A regañadientes Yoongi obedeció, esperando al príncipe con sus extremidades lánguidas en la cama.

Pronto sintió el peso del príncipe en la cama de nuevo, con sus manos intentó buscarlo y se encontró con el musculoso pecho que tanto le gustaba acariciar.

Pero no pudo hacerlo esta vez pues el menor atrapó sus manos y las estiró sobre su cabeza, enrolló otra tela en sus muñecas y esta vez Yoongi no podía adivinar qué prenda era. Sus manos quedaron amarradas y cuando quiso moverlas descubrió que no solo tenía las manos amarradas juntas, también estaba atrapado, la tela estaba amarrada a un extremo de la cama quizá pues su movimiento era muy limitado.

Esta vez su jadeo fue de nervios y a la vez expectación. No podía prever el siguiente movimiento del príncipe y estaba vulnerable ante él.

Pero pronto sintió las manos contrarias en sus piernas, recorriendo desde tobillos hasta muslos y después su pelvis evitando a propósito su sensibilidad aún despierta.

Luego con dos manos Jungkook estiró la pierna izquierda de Yoongi, la levantó muy alto hasta que la apoyó sobre su hombro. Yoongi agradecía el entrenamiento de esgrima por su flexibilidad, o esto habría sido muy doloroso.

Jungkook se acomodó y Yoongi sintió de nuevo la extensión de Jungkook haciéndose paso entre sus mejillas, alzó un poco sus caderas y Jungkook pudo empujarse de nuevo en una sola estocada hasta el fondo.

Era maravilloso, por alguna razón estar vendado de los ojos y cediendo el control lo hacía sentir todo más intenso.

Entonces Jungkook comenzó a moverse de nuevo. Un ritmo constante y fuerte. Delicioso. Yoongi también movió su cadera para encontrar el ritmo de Jungkook. Supo que le gustó cuando escuchó a Jungkook gemir.

El choque de pieles se sentía y se escuchaba húmedo por el sudor de ambos, en un movimiento brusco Jungkook se inclinó para empujarse más profundo pero eso provocó que la pierna extendida de Yoongi se estirase hasta su límite, casi era doloroso, pero aún lo podía soportar.

Jungkook pareció notarlo. Quizá sintió la resistencia. Sin embargo, en lugar de dejarlo bajar su pierna, subió la otra a su otro hombro, ahora ambas piernas estaban juntas al mismo nivel y Jungkook nunca dejó de empujarse profundo.

Yoongi apretó sus ataduras y mordió su labio, estaba en el borde y sin embargo tan lejos de su cúspide.

Yoongi en ese momento no sabía si agradecer o maldecir el vigor de Jungkook. Amaba y odiaba la juventud y estamina que tenía el príncipe.

Cuando los gemidos de Yoongi se volvieron desesperados Jungkook realentizó sus embestidas.

—¿qué pasa? —se escuchó preocupado

Of Secrets and Love - Kookgi/YoonkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora