1 | Ruptura

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Acababa de salir de último año del instituto. ¿Eso es algo bueno o malo? Malo, probablemente. Tenía que buscar trabajo, presentar mi examen de admisión para la universidad. La vida de adulto no es tan divertida como creemos. Quería estudiar licenciatura en música y danza, soñaba con ser un famoso bailarín. Mis padres no estaban muy de acuerdo, odiaban que me dedicara al arte, para ellos era una carrera sin futuro, en parte tenían razón. Todo el mundo me advirtió sobre las consecuencias de dedicarse al arte.

—Papás, quiero ser bailarín —dije entusiasmado—. Ha sido mi sueño desde pequeño.

—¿Bailarín? ¿Estás loco? ¿Sabes cómo terminan los que estudian eso?

—¿Cómo? —dije confundido.

—La mayoría terminan sin futuro o siendo profesores amargados.

—No. Yo podría trabajar en musicales.

—No lo sé, creo que es mejor que busques otra carrera. Si al final sigues convencido con estudiar eso, te apoyaremos.

—Ok, lo pensaré.

—Quizá puedes estudiar otra cosa y eso —exclamaron—, ¿no crees?

—¿Ustedes lo pagarían?

—Sabes que no, solo podemos pagarte una carrera.

—Ya me decidiré —asiento

Esa fue la primera vez que les dije. Intentaron convencerme de estudiar otra cosa. No hice caso, es que ¿cómo les iba a obedecer? Era mi sueño desde niño, no me importaba si tenía que luchar un poco más para tener éxito, lo iba a hacer, era lo que amaba.

Era momento de buscar universidades en mi ciudad. Fui a mi habitación, busqué mi computadora, la encendí, entré a Google y busqué "Universidades de danza en Los Ángeles". Rápidamente encontré varias, hice una lista para mostrarle a mis papás y decirles que definitivamente era mi carrera y que nadie iba a sacarme esa idea de la cabeza.

—Mamá, papá, definitivamente quiero estudiar danza, lo he pensado muy bien.

—Ja, ja, ja, hace una hora te estábamos diciendo que cambiaras de carrera. Lo pensaste super bien.

—¡Claro! —dije riendo.

—Bueno, hijo, te apoyaremos. ¿Ya tienes algunas universidades pensadas?

—Sí, por supuesto, aquí tengo una lista. —Inmediatamente se las entregué. Tenía una gran sonrisa.

—Me gusta la IMDU. Deberías buscar cuándo puedes presentar el examen de admisión. —Dijeron mis padres.

—Sí, son en septiembre.

—Ok, perfecto.

Mientras esperaba que llegaran las fechas para presentar el examen de admisión, hice muchas cosas. Salí de fiesta con mis amigos, fui al cine, fui de compras, busqué un trabajo para ayudar a mis padres en los gastos de mi universidad.

—Hola, vengo a presentarme para el trabajo de bartender —exclamé—. ¿Todavía está la vacante?

—Hola, sí, pasa por aquí.

Bajo las Luces del Club: Luces 1 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora