15 | Una mala noticia

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Acabábamos de llegar al club. Lorena me estaba esperando en la puerta para darme su típico regaño.

—Llegaste tarde, otra vez. Tu entrada es a las cinco en punto y son... —sacó su móvil del bolsillo y miró la hora— las cinco y cuarenta minutos. ¿Por qué llegaste tan tarde, Mar?

—Se me pasó la hora, perdón —la miré con una cara de perrito cuando hace algo mal.

—Como todos los días, ¿no? Veo que la señorita que hay a tu izquierda te entretiene mucho. Eso no me gusta. Puede afectar tu trabajo —dijo mirándola—. El amor... y sus cosas. Es muy bonito cuando no descuidas tus obligaciones, pero cuando lo haces —me volvió a mirar a mí—. No sé si sea tan bueno.

Karina fingió una gran sonrisa.

—Sí, Lorenita. El amor es algo increíble y cuando tienes este hombre es muy difícil dejarlo escapar. Si fuera tu novio, me entenderías. Entiendo que te guste, pero desafortunadamente para ti, me eligió a mí —se acomodó un mechón de su lindo cabello rubio.

Al ver que el lugar estaba ardiendo gracias a mi hermosa Leona, decidí cambiar el tema.

—¿Cómo siguió Tezza, Lore? —pregunté.

—Ella está en la unidad de cuidados intensivos. No es que le haya ido muy bien con su droga. Sus padres estaban muy enojados y preocupados. Ah, y voy a tener que conseguir un reemplazo porque la llevarán a rehabilitación.

—Entiendo —añadí.

—Ojalá se recupere. Las drogas son algo muy complicado. Y me alegro que sus padres la lleven a rehabilitación, es la mejor decisión que pudieron tomar. Espero que eso le sirva y pueda rehabilitarse —le sonrió mi novia a Lorena.

Era la primera vez que hacía eso de verdad y no para incomodarla. ¿Ahora le cae bien? Lo dudo, pero bueno...

—Bueno, chicos. Es hora de entrar —exclamó Lorena dando el primer paso.

—Casi armas un escándalo otra vez, Leoncita —dije rodeándola por la cintura con mi brazo y comenzando a caminar.

—Perdón, es que ella me hace enojar mucho. Prometo controlar más mis emociones.

—Eso espero. Trata de soltar esos rugidos en los lugares adecuados, ¿ok?

—¿Eso es una invitación indiscreta? Y pensaba que yo era la chica caliente, omg.

—Ya me lo estás contagiando, mi leona.

—Ese apodo sí que me gusta. Es muy... ¿sexy?

—Sí, eso creo.

—¿Cómo quieres que sea tu apodo? —preguntó

—Eso lo descubrirás tú misma —susurré y a la vez le lancé una sonrisa seductora.

Cuando llegamos al lugar en el que estaba Lorena, esta dijo:

—Mar, ve al camerino a cambiarte. Tu show comienza en veinte minutos —ordenó Lorena.

—Perfecto, Lore.

Karina y yo hicimos un ademán de irnos, pero Lorena nos detuvo.

—Tú solo. No quiero que ella te entretenga.

—No te preocupes — Karina le lanzó una mirada retadora a Lorena—. Me puedo resistir a los bombones y esperarlos por más sexys que estén, no como otras —la volvió a mirar— que no se pueden resistir porque jamás han tenido uno ¿ok, chiquita? Tú no vas a venir a ordenarme qué hacer o no con mi novio. Si él no quiere que lo acompañe, que me lo diga él, no las envidiosas como tú.

Bajo las Luces del Club: Luces 1 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora