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Aquí me encontraba yo, recién levantada, frente al espejo de mi baño.

La luz suave de la mañana se filtraba por la ventana, iluminando mi rostro aún somnoliento. Con movimientos lentos y cuidadosos, me encontraba realizando mi rutina de skincare, una de las pocas constantes en mi ajetreada vida.

Dándola por finalizada con el último paso: la crema solar. Apliqué una cantidad generosa, distribuyéndola uniformemente por todo mi rostro y cuello. Sabía que, aunque el sol no estuviera en su punto más alto aún, proteger mi piel era esencial.

Me tomé un momento para mirarme en el espejo, observando cómo mi piel lucía radiante y saludable. Este pequeño ritual matutino me daba una sensación de calma y control, una forma de empezar el día con el pie derecho, lista para enfrentar lo que viniera.

- Hay-suspiré exageradamente - por fin sola , Alhamdulillah, quién pediría más, no hermano molestando , no madre pidiendo lavar platos y no padre pidiendo que le acerque el mando de la tele .ALHAMD-Antes de poder siquiera acabar me ví  interrumpida por la puerta de la entrada  .

Esta  traía consigo múltiples carcajadas masculinas , me extrañó ya que  no era muy común que Hamza , mi hermano, llegase tan pronto y menos que llegase con  acompañantes .

-Bienvenidos, sentiros como en casa- escuché que decía la voz de  mi hermano Hamza , invitándoles con educación .

Automáticamente me puse a rezar para que a ningún ser masculino se le ocurriera, o se le pasara por la cabeza, ir al baño. Ya que por obvias razones me encontraba sin mi hijab y cómodamente en mi pijama veraniego.

Para asegurarme de que ningún desconocido estaba a la vista, pegué la oreja a la puerta, esperando no escuchar ningún movimiento .

Sin indicios de ningún movimiento, me armé de valor y me atreví a salir corriendo en dirección a mi habitación.

Sin ningún imprevisto, llegué sin problemas.

Pero el agobio persistía en mi persona , seguía teniendo la esperanza de que a sus cabezas llegara el deseo de marcharse,aunque  por el momento, durante su estadía, no había logrado escuchar ninguna mísera despedida.

**

Harta de esperar el momento en el que decidieran marcharse, me levanté con un suspiro de frustración. El sol de la tarde entraba por la ventana, iluminando la habitación con una luz cálida y dorada. Abrí mi armario y elegí un simple vestido gris. El tejido suave se deslizó fácilmente sobre mi piel, ceñiéndose ligeramente a mi cintura antes de caer en una elegante caída hasta mis tobillos. Me miré en el espejo por un momento, notando cómo el color gris realzaba mis ojos.

Después, tomé mi hijab negro y lo envolví cuidadosamente alrededor de mi cabeza, asegurándome de que cubriera bien mi cabello y se ajustara cómodamente. Aprecié el contraste del negro contra el gris del vestido; era una combinación sencilla, pero tenía una cierta elegancia.

Bajè las escaleras y me tocó pasar  junto la sala de estar, no me atrevía  ni a mirar de reojo para comprobar si se encontraban ahí , pero al instante supe que si lo estaban .

El brusco silencio que se formó de repente fue una respuesta afirmativa , lo que causó una leve aceleración en mis pasos hasta llegar a la cocina.

Rápidamente me preparé el desayuno, algo sencillo. Me senté a la mesa y empecé a comer, hasta que, por curiosidad, alcancé el móvil y empecé a revisar todos los mensajes acumulados, entre ellos uno de Nissrin.

Nissrin : hoolaaaa, ¿qué haces cariño?
Nissrin: ey ¿no tenías casa sola??
Nissrin:bueno voy a hacerte compañía, luego me lo agradeces,jeje.

No ,no , ya rabi que fuese una broma de las suyas.

SabrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora