24-م

185 7 3
                                    

Amin.

Sentía un torbellino de emociones ,que iba desde la angustia ,de no saber cómo reaccionar ante su presencia ,hasta la tranquilidad que me daba el hecho de finalmente empezar a entender nuestro pasado.

Nuestro primer reencuentro fue como una bomba de relojería. La sorpresa que sentí inicialmente se transformó en una rabia que no pude controlar.

Al reencontrarnos , me di cuenta de que por poco no la hubiera podido reconocer.

Sus rasgos se habían vuelto más marcados con el tiempo; ya no quedaba ningún rasgo de la adolescencia que recordase. Cada detalle de su rostro parecía más definido y seguro, como si el tiempo hubiera afinado cada línea y cada curva. Pero lo que más me impactó fue su mirada, aunque fue lo que me hizo reconocerla al instante . El nerviosismo que solía tener había desaparecido, ahora su mirada irradiaba una confianza y una determinación que no había visto antes. Era como si cada mirada estuviera cargada de seguridad, pero al mismo tiempo, parecía que era una persona completamente nueva.

Mientras la rabia y la sorpresa seguían chocando dentro de mí, empecé a notar algo más profundo.
No podía negar la atracción que sentía. Había algo en su forma de estar, en la manera en que se movía y me miraba, que me atrapaba de una forma que no había anticipado.

A medida que nos enfrentábamos, me di cuenta de que la fascinación que sentía por ella iba más allá del asombro. Era un deseo palpable, una conexión que parecía estar creciendo con cada palabra y cada gesto. Sentía como  mi corazón se aceleraba cada vez que sus ojos encontraban los míos, sintiendo un anhelo que había permanecido oculto durante mucho tiempo. La rabia se mezclaba con un enamoramiento creciente, y aunque me sorprendía a mí mismo, no podía evitarlo: estaba irremediablemente atraído por la mujer en la que se había convertido.

Me carcomía la idea de que hubiésemos perdido tanto tiempo y me culparía hasta el final de mis días.

Sabía que debía dar un paso atrás ahora que ella estaba con otro hombre, pero sinceramente, no podía hacerlo. La complicidad que compartíamos aún estaba presente y era palpable, como un vínculo que no podía romperse fácilmente.

Sin embargo, también percibí la complicidad que ella mantenía con él, y eso me llenaba de una rabia profunda. Era una frustración tan intensa el saber que había conocido aún mas gente después de lo nuestro, sentía como si mi pecho estuviera en llamas, un ardor que me recordaba que, a pesar de mis esfuerzos por mantener la distancia, mi corazón seguía aferrándose a lo que habíamos tenido.

En estos momentos me encontraba sentado en su despacho. Este era realmente cómodo , algo que también describía a Kamar.

El como ,en momentos de total tensión, con su simple compañía podia remediar todos los malestares que uno sentía por dentro.

Tras la gran discusión que surgió dejando entrever la realidad de lo sucedido y que me permitió abrirme con ella y haciéndola entender 
mis sentimientos.

-Kamar, no he tocado a ninguna mujer en mi vida ,ni siquiera ha pasado por mi cabeza otra mujer que no seas .

Nada mas verbalizar dicha realidad , noté como sus ojos se agrandaban sin realmente creerme del todo.

Y no mentía; mi madre había intentado emparejarme con innumerables mujeres. Después de todo, ¿quién no querría estar con el dueño de una gran empresa? Sin embargo, en el fondo, siempre buscaba a alguien que se asemejara, aunque fuese un poco, a Kamar, pero nunca la encontraba.

SabrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora