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Para mantener toda la situación de Amin en confidencialidad decidí reservarme varias cosas al comentarle a Hamza que iba a salir , Amin a continuación también se despidió y optamos por ir en dirección a su casa en coche .

Durante el trayecto ambos permanecíamos en silencio , no sabía con que le iba ayudar, ni si quiera cual era la situación, a lo mejor hacía mal en meterme en sus asuntos , pero reaccioné instintivamente , sin pensármelo dos veces. Por otro lado su actitud preocupada persistía , viéndose reflejada por como agarraba  el volante con fuerza y conducía a toda velocidad.

-La situación es un poco tensa, no quiero entrar mucho en detalles , pero agradezco tu ayuda- dijo él de un momento a otro , mirándome de reojo.

-Tranquilo ,no es nada- dije sin palabras y en bajito , era una situación difícil y no encontraba nada con lo que contribuir.

El silencio se alargaba, denso, mientras el coche avanzaba por la avenida. Cada segundo parecía más pesado que el anterior, y aunque yo intentaba distraerme mirando por la ventana, no podía evitar sentir la tensión que emanaba de Amin. Parecía atrapado en sus pensamientos, con el ceño ligeramente fruncido, y aunque sus manos estaban firmes sobre el volante, noté cómo de vez en cuando su pulgar tamborileaba nervioso sobre el borde.

Finalmente, después de lo que me parecieron eternos minutos, encontró un lugar para aparcar. El coche se detuvo, pero él no se movió. Simplemente dejó sus manos descansar sobre sus rodillas, exhalando lentamente como si estuviera intentando reunir valor. Me atreví a lanzarle una rápida mirada de reojo, y lo vi debatirse internamente. Parecía que quería decir algo, pero las palabras no llegaban.

El motor seguía apagado, y el silencio en el interior del coche era casi abrumador. Mi mirada pasó de la ventanilla a él, esperando, sabiendo que algo importante estaba a punto de salir, pero también consciente de lo mucho que le costaba abrirse.

—Escucha... —comenzó, con voz entrecortada, pero luego se detuvo. Sus labios se apretaron en una línea tensa. Su mirada se perdió por unos segundos, enfocándose en el tablero, como si estuviera buscando una forma de poner en palabras aquello que lo atormentaba.

Yo no quería presionarlo. Sentía que si hablaba demasiado pronto, rompería el momento. Así que solo asentí suavemente, dejando claro que estaba ahí, lista para escucharlo cuando él estuviera preparado.

Pasaron unos segundos más antes de que volviera a intentarlo, esta vez soltando un suspiro más profundo.

—Es complicado... No suelo hablar de estas cosas —dijo, su tono ahora más suave, casi como si estuviera confesando un secreto que llevaba guardado demasiado tiempo.

Guardé silencio, dejando que fuera él quien guiara la conversación.

Amin se pasó una mano por el rostro, como intentando sacudirse el agotamiento que claramente llevaba encima. Finalmente, se decidió a hablar, aunque lo hizo lentamente, como si cada palabra le costara más de lo que quería admitir.

—Mi madre... —dudó por un momento, pero continuó— está pasando por algo bastante difícil. Cayó en una depresión después de lo que pasó... —no especificó qué, pero el dolor en su voz era palpable—. Está... bastante mal. Necesita cuidados.

Hubo otra pausa, como si las siguientes palabras fueran aún más difíciles.

—No es solo eso. Tengo dos hermanas menores. La mayor, Noor, ya se maneja sola, pero la pequeña... —se detuvo otra vez, su mirada finalmente encontrando la mía, buscando algún tipo de comprensión— la pequeña solo tiene tres años.

Mi corazón se apretó al escuchar la situación, pero sabía que lo último que él necesitaba era una reacción dramática. Así que, contuve cualquier señal de sorpresa o compasión demasiado evidente. En su lugar, opté por suavizar el ambiente con un toque de humor, intentando darle un respiro.

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