Odisea de Chariel

No fue tan malo... ¿o si?

- ¡No no la llames! -
Aurora se pescaba del brazo de Chariel antes de que saliera del cuarto.

- ¡Porque siempre eres tan encimosa! -
Jaloneo su brazo intentando que le soltara, él solo quería ayudarla, no comprendía el pánico que le acababa de generar al ángel.
- ¡Mejor agradece que te dejare pasar tiempo con mi preciada hermana! -

- Es que no quiero que me vea así... De hecho no me gustaría que tu familia me viera de esta forma...-
Soltó con cuidado el brazo de su compañero, evitando que esté se cayera en uno de sus jaloneos.
- Ya bastante tengo con que Asriel me viera tan lamentable -

- Pues te tengo malas noticias -
El menor de los Dreemurr abrió la puerta, ocasionado que sus padres se cayeran, ya que estos estaban recargados en la entrada del cuarto para escuchar la sutil conversación que estaban teniendo los niños.
- Aurora te presento a mis padres Chara y Asriel Dreemurr -

- Que quede claro que nosotros no estábamos espiando, solo veníamos a...-
Asriel trataba de escudarse mientras se levantaba del suelo y ayudaba a su esposa.

- Creo que deberíamos de ahorrarnos las explicaciones, hijo te estabas tardando más de lo debido, tenemos todo el derecho de estar aquí -
Replicó Chara con autoridad, negándose a disculpar por estarlos escuchando a escondidas.

El ángel que se había horrorizado cuando se abrió la puerta, tuvo una especie de ataque de ansiedad, tomando el gorrito de su capa y bajándolo para ocultar su rostro, exceptuando por sus mejillas que quedaban a la vista junto a un leve color azulado sobre estás.
- Ti.tiene toda la razón.. yo.. ya debería irme -

- ¿Pero que dices?, Ya es muy noche, tus padres se preocuparían mucho si te dejamos ir -
Asriel se había agachado a la altura de la pequeña para demostrarle su apoyo hasta que se quedó congelado igual que su hijo después de una leve frase que dijo el ángel

- No conocí a mi mamá y mi padre falleció -

Y así fue como el ambiente cambio a uno bastante fúnebre hasta que Chara volvió hablar dejando en claro su petición

- Si necesitan privacidad, lo único que pedimos es que dejen la puerta abierta -

- Querida...-
Asriel se levantó colocando su mano en el hombro de su esposa, sentía bastante pena por la niña

- ¿Que?, Tampoco podemos fiarnos si ambos son del mismo género, ni siquiera sabemos cuáles son los gustos de nuestro hijo -
Volvió a replicar la mujer con la determinación suficiente de que sus reglas no fueran ignoradas

- Auxilio...-

Había susurrado Aurora descubriendo parte de su carita y mirando a Chariel con ojitos de suplica, desconcertando al menor pero Chariel solo tardo unos segundos para comprender que la albina realmente estaba asustada y así fue como bajo la atenta mirada de sus padres se posicionó frente al ángel como una pequeña barrera de protección.

- ¿Podrían dejarnos descansar?, Ya es muy tarde para seguir despiertos -
El de cabello bicolor empujó levemente a sus padres hacia la salida
- Ah, por cierto, no es una niña pero si, si le gusta que la llamen por un ella y antes de que su imaginación siga con cosas que nunca van a pasar, nosotros solo somos amigos -
Y posteriormente cerró la puerta para volver a mirar fijamente a Aurora
- Ahora tu... No siempre vas a ser mi primer prioridad, de hecho esta es la última vez que te sobrepongo antes que a mi familia por el estado en el que estás y.... lo de tus padres no sonó como una mentira...-

- porque no lo es -

Chariel suspiro fuertemente y tallo sus ojos con ambas manos
- me perturba el hecho de que lo digas como si fuera lo más normal del mundo -

- Es que no lo dije como algo malo sino para que tus padres ya no se preocuparan por los míos -

- pues déjame decirte que los asustaste aún más...-

- Está bien Chariel, eso ya pasó hace mucho, mejor, ¿No tienes algo de ropa que me prestes? -
Menciono tratando de cambiar el ambiente, si seguía hablando de esto talvez si terminará llorando

- pero es tu padre... Ángel,  solo tienes 10 años, eso significa que debiste perderlo cuando más lo necesitabas -

-..... Ahora tengo otras cosas por las cuales preocuparme, por favor no me hagas recordar eso y cambiemos de tema, no quiero estar triste en este momento -

El de ojos esmeralda dudo pero aún así siguio con la petición de Aurora, él tampoco quería que su amiga terminará llorando, ya eran bastantes abrazos en este día, capaz y no se la podría sacar de encima durante la noche.

- Bien, aunque creo que mi ropa te quedará pequeña... no espera-
Se acercó hasta su clóset y abrió el último cajón sacando un cambio bastante sencillo pero bonito.
- Este me lo regalaron mis primos hace poco y quiero suponer que lo compraron más grande por el hecho de que estoy creciendo -

- oww entonces debo aprovechar el tiempo que sigas así Little Star -
Río ligeramente, recibiendo de golpe, el cambio de ropa, Chariel se la había lanzado en un berrinche.

- ¡No estoy tan pequeño! -
Se cruzó de brazos volteando hacia un lado, bastante enfadado, enserio que esa niña le encantaba molestarlo.
- Y te me bañas antes de ponértelo porque ni creas que vas a mancharlo -

- Ou cierto... La sangre no se quita, ¿Dónde se encuentra la regadera? -

- al final del pasillo, solo no bajes las escaleras -

~ Gracias ~
La albina fue silbando hasta la salida del cuarto, llegando sin problemas al baño que le había indicado su amigo, tardó como 20 minutos duchandose, creyendo que no sería tan malo terminar de pasar la noche aquí, hasta ya que salió del baño y se topo con una linda chica a pocos pasos antes del cuarto de su amigo.

- Hola pequeña, ¿Tu eres la amiga de mi hermanito? -