Odisea de Chariel

Juramento

Chariel ya estaba cansado de buscar a su amiga, al inicio no creía que se haya ido con los demás por el miedo que demostraba la albina hacia ellos pero ya no le quedaba otro lugar donde buscar, se acercó hasta a ellos y mirando hacia todos lados, le pregunto a Alphyne donde podría estar Aurora.

- Muy buena pregunta, creí que estaba contigo, de hecho se supone que estaba contigo -
La linda reptil saca un pequeño artefacto bastante extraño para el Dreemurr.
- No te asustes, es para buscarla -

- ¿Y eso en qué nos puede ayudar? -
Chariel mira curioso un puntito intermitente que brillaba en la pantalla.

- Le puse un rastreador en el broche, creo que con eso puedo contestar todas tus dudas -
Responde de lo más normal, acercando el mapa que aparecía en la pantalla.
- Está... ¿esta en casa de Fran? -

El de ojos esmeralda estaba más asustado por el hecho del rastreador que el paradero de su amiga pero ya no pudo preguntar más cuando Unphys llegó para "fastidiarlo".

- ¿Ya escapó de ti el otro chihuahua? -

- No molestes...-
Gruño el pequeño Dreemurr, dándose la vuelta para ir a la casa de Sarik.
- A y... Gracias Alphyne -
Agradeció, llendose del lugar, sorprendido a los hijos de Undyne.

- El acaba...-
Comenzó diciendo Unphys.

- De agradecer, si -
Y termino Alphyne para después palmear el hombro de su hermano.
- Acompáñame al laboratorio, veras algo más sorprendente que eso -

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En la casa de los Skeleton podría apreciarse nada más y nada menos que la desesperación de Sarik y Fran al tratar de que Aurora parara su llanto, está en cuanto había pasado por el portal, se había soltado llorando como si no hubiera un mañana. Los hermanos no sabían porque el ángel no dejaba de llorar, ya le habían traído comida, dulces, agua y hasta los juguetes de su hermanito Sink para ver si se calmaba pero nada funcionaba. Quisieran admitir que no les molestaba el llanto ya que era bastante dulce y algo hipnotizante, pero ese era el problema, se sentían sin energía con cada minuto que pasaba, como si estuvieran robando su vitalidad o... Determinación.

- "en algún momento tiene que parar" -
Arremedo Fran a su hermana que no se dejaba de disculpar.

- Pero heeeey, al menos ya no llora tan fuerte -
Bromeo, moviendo un peluche frente al ángel.
- Mira, está bailando el señor osito -

La albina dejo de llorar por unos segundos, observando al oso con nostalgia, lo tomo entre sus manos y volvía a llorar como si nunca se hubiera detenido.
Sarik inhaló bastante aire, soltando una exclamación, el osito había funcionado asique se levantó del suelo y se hecho a correr a por otro peluche dejando solo a Fran que se sintió abandonado por su hermana.

- No llores, no llores, solo queríamos hacerte unas preguntas pero no te las haremos si dejas de llo...-
Y el sonido de la puerta llegó en su auxilio, el mayor de los hermanos Skeleton apunto hacia la puerta, escudándose que debía ir a abrirla y tal como su hermana, se hecho a correr hacia la salida.
Ya estando en el umbral, abrió la puerta sin preguntar, siendo empujado por el pequeño Dreemurr que venía en busca de su amiga.

- Esa debe ser ella -
Ni siquiera pidió permiso para seguir adentrándose en la casa de los Skeleton, siendo seguido por su "cuñado" que no tenía ni idea de que escusa darle sobre el ángel pero poco le importaba a Chariel, él ya había conseguido lo que quería, se paró frente al ángel que seguía llorando y le dio un leve golpe en la frente.
- Deja de estar fingiendo, ya estoy aquí -

- ¡Little Star! -
Al parecer eso había funcionado bastante bien, Aurora se paró del suelo, tomando las manitas del Dreemurr y sonriéndole sin una pisca de tristeza.
- ¡Te tardaste pero te perdono porque me salvaste! -