Odisea de Chariel

Reapertale

- Vaya...-
Chariel se agacho a la altura del ángel pues está había caído boca abajo en el mullido suelo.
- ¿Te dolió? -

- No pero me hubiera gustado... -
Aurora comenzó a patalear y agitar sus manitas, refunfuñando.
- ¡A la próxima lo mato! -

- No frente a mi -
Estiró su mano para ayudarla y antes de que la niña la tomara, una burbuja apareció frente a él, explotando sobre su palma y depositando la caja cristalina que había olvidado en el cuarto de su amiga. El regalo portaba una notita azul que decía: *Suerte con mi ángel, espero que regreses con vida a tu universo*.
- Que considerado... al menos no me quedé sin mi regalo -

- ¿Desde cuándo son tan amigos? -
Se sentó sobre sus rodillas y le quitó la nota que terminó rompiendo después de leerla por... Claras razones.

- No lo somos, se me pego cuál mosquito al parabrisas de un auto -
Se levantó del suelo, cuidando que no se cayera la caja.
- Igual que tú, De-ian -

- Ui...-
Sintio un escalofrío que la hizo removerse en su lugar para seguido ponerse de pie y sacudirse los residuos esponjosos de nube que se adherieron a su ropa.
- Suena raro cuando sale de tus labios -

- Si te incómoda puedo evitarlo -
Sus orbes esmeraldas quedaron atrapadas en la bella vista que le daban los hermosos colores que el cielo tornaba tras irse ocultando de poco en poco el sol.

- No de ese raro, tranquilo, también adoro ser un niño -
Tras un corto silencio, dirigió su vista hacia donde la mirada de Chariel enfocaba.
- Es el atardecer -

- Es más hermoso de lo que describiste...-
Su tono de voz era tranquilo, podría decirse que prácticamente era un susurro, como si sus palabras fueran arruinar esa maravillosa vista.

- ¿Recuerdas eso? -

- ¿Cómo olvidar cuando un ángel te cae del cielo? -

- Oh un ladrón -
Río risueña por su primer encuentro donde su mejor amigo la acuso de ladrona.

- Eso también era cierto -
Le empujó amistosamente, chocando con su brazo.
- Robaste valioso tiempo de mi vida -

- ¿Y... te arrepientes? -
Mesio sus piecesitos hacia enfrente y hacia atrás, manteniendo sus brazos cruzados tras su espalda, pues la niña se encontraba ansiosa.

Chariel giro hacia el ángel, contemplándola unos segundos, reviviendo en su mente los buenos momentos que pasaron juntos.
- No...-
Afirmo, abrazándose a la caja que aún llevaba cargando y logrando que sonara esa dulce melodía que provocaba al juntar su collar con las gemas de la corona.
- Ni siquiera un segundo -

Aurora conecto su mirada con Chariel y dándole una leve sonrisa fue que lo tomo del brazo, guiandolo hacia otro lado. Por alguna extraña razón sintió la necesidad de romper ese momento.

- Vamos, mi hermano ya debió haberse ido de casa -
Agitó su cabeza, alejando cualquier pensamiento raro de ella, de seguro no fue nada.

- Pero sí es de noche... ¿Te deja sola por las noches? -

- Si, es cuando ocurren más muertes -
Explico sin darle tanta importancia.

- Muertes...-
Levantó más su vista, topandose con un templo blanquecino que en sus puertas habían dos gigantes guadañas, parecidas a una que estuvo hace tiempo cerca de su cuello. "Así que a ese hermano se refería".
- Exactamente... ¿A qué se dedica tu hermano? -

- Bueno... El cosecha las almas que van a mi universo... Osea todas las almas -

- ¿Almas? -

- Sip y yo soy quien las cuida -