ERASE

33 3 0
                                    

Chariel estaba en el jardín, sacando con cuidado el guantesito de corazón prismático que una vez los teletransporto a su universo, al inicio no tenía ni idea de como había conseguido eso su mejor amiga pero con todos los acontecimientos que habían tenido hasta ahora, ya se hacia una idea de aquien le pertenecía realmente.

- ¿Y si esto fue lo que sintió pensando que era su capa? -

Levantó el guantesito, colocando la gema contra luz e identificando un puntito rojo en el centro del corazón como la determinación. "Si por esa gema Racter había venido anteriormente, talvez pueda llamarlo de nuevo con ello."
No le agradaba para nada volver a tener a ese principito en su universo, pero no podía dejar que su mejor amiga regresará sola a su universo. "¿Y si los zombies la atacaban por la sangre en su ala?".

Bajo el guantesito intentando olvidar el horrible recuerdo de aquellos seres cuando los persiguieron. Hace unos meses, estuvo haciendo algunas investigaciones junto a Alphyne sobre aquellas criaturas en caso de volver a tener que hacerles frente algún día, posiblemente la información que encontraron no haya sido del todo verdadera pues los zombies en su universo solo eran cuentos de terror para los humanos pero si había una cosa que mencionaban en cada libro. *La Sangre siempre atraía a los zombies*.
Racter ya los había salvado una vez, no se le dificultaría volver a hacerlo, más si era cierto ese sentimiento por el que esa variante tenía por su amiga.

Se colocó el guantesito en una mano y giro el prisma, encendiendo el corazón. No iba a presionarlo, no quería terminar en un lugar desconocido, solo esperaría a qué la variante de su madre se diera cuenta de que uno de sus prismas se había activado y si no, llevaría al ángel con Alphyne hasta que se curara, sería muy difícil que su amiga logrará quitarse a la científica de encima. *¿Alphyne no había querido diseccionarla con anterioridad?, con aquel líquido dorado expuesto, se le quitarían las ganas de querer abdusirla, ambos saldrían ganando*. Chariel no era tonto, supo identificar que el líquido dorado era sangre, *la sangre de un ángel*, por eso Aurora se alejo en cuanto se lo menciono.

No paso mucho tiempo cuando un pentagrama rojizo se dibujo mágicamente en el suelo y de este emergió Racter, furioso porque alguien más utilizará sus gemas sin su permiso.

- ¡¿No que no la tenías?! Niño mentiroso -
El chico de orbes rojizas avanzo hacia Chariel, saliendo del pentagrama que en segundos se desvaneció, como si nunca hubiera estado esa marca en el suelo.
- Espera... ¿Cómo obtuviste mi... No, no me digas, yase, ¡Uish! ¡La voy a colgar en cuanto la mire! -

- Más te vale que no...-
Advirtió el menor de los Dreemurr, quitándose el guante y lanzándoselo al pecho. De todas maneras no creía y no quería volver a utilizarlo.
- por qué te eh llamado para que la cuides -

- ¿Eso no debería decirte yo a ti? -
Atrapó el guantesito antes de que se le cayera y lo guardo perfectamente dobladito en su bolsillo.

- ¿A mí?... ¡Si llego aquí con un herida! -

- ¡¿Ella está aquí?! -
Racter miro hacia los lados, asustado y colocando su mano izquierda en su corazón.

Era la primera vez que Chariel lo había visto tan aterrado...

- Está dormida en mi cuarto...-
Posiblemente en otros casos esas palabras lo hubieran llevado a una pelea pero no en este, pues pudo visualizar como Racter se tranquilizaba, sobando con insistencia su pecho.

- Está dormida, claro, es eso, ella no podría... No... No se lo permito...-
Murmuraba aún sin dejar de mover sus ojos rubíes de un lado a otro, hasta que toparon con la ventana que daba hacia el cuarto de Chariel.
- ¿Esta haya arriba no es así? -

- Si?...-
¿Porque sonó como pregunta?, bueno, Chariel tuvo un raro presentimiento de que esa variante subiría sin siquiera pedirle permiso.
- Tu no puedes entrar, al ángel no se lo deje fácil, mucho menos a ti -

Odisea de CharielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora