Capítulo 26

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En el otro extremo de la gran ciudad se encontraba Jan-di compartiendo con su familia sobre los goggles que ahora poseía

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En el otro extremo de la gran ciudad se encontraba Jan-di compartiendo con su familia sobre los goggles que ahora poseía.

P.J: Es de verdad... Son los goggles que usó Tae Won Park

A pesar de la tímida y linda sonrisa que tenía la tintorera en aquel momento, eso no impidió que su hermano realizara una curiosa búsqueda por internet.

Kang-san: ¡Wow! ¡No puedo creer lo que estoy viendo! ¡Jan-di! ¡Jan-di! - con mucho nerviosismo hizo una breve pausa antes de seguir - ¡T-Te vas a volver inmensamente rica!

Jan-di: ¿Y ahora qué?

Kang-san: Podrías vender los goggles de Tae Won Park por dos millones de wons

No se necesitó una palabra más para que la codicia y necesidad de presentara en los padres de la chica, la oportunidad de conseguir tanto dinero se les presentaba y prácticamente tenían el boleto dorado para un cambio de vida; los planes para venderlos solo tardaron unos segundos pero a la misma velocidad Jan-di se interpuso tomando los goggles y acercándolos a ella.

Jan-di: ¡No! ¡Valen mucho más que eso!.. - en cuestión de segundos Jan-di se dio cuenta que podía estar dando una perspectiva errónea a sus padres - Quiero decir que... No se le puede dar un valor a algo tan inusual porque es único.

M.J: Dame eso ya - trató de quitárselos lográndolo en el proceso - Véndelos, véndelos por dos millones, si no los vendes yo los venderé por 20 mil wons ¿Tú qué opinas?.

Con esas palabras lo que la mayor buscaba era la presión hacia su hija y por sobre todo el apoyo de su marido. Como siempre dejando que su necesidad y codicia le nublen el pensar en los sentimientos de su hija.

Jan-di: Es que me sentiría mal si los vendo... Bueno no importa... Me iré a dormir.

Jan-di conociendo a su madre y su familia en un movimiento brusco le arrebató los goggles y corrió a su habitación a esconderse con ellos, bajo ningún motivo dejaría que se los quiten y mucho menos que los vendan a un precio que para ella era muy inferior a lo que en verdad costaban, después de todo... Alguien que no sea el dueño del objeto jamás podrá poner un precio justo para el valor sentimental que este tenga.

 Alguien que no sea el dueño del objeto jamás podrá poner un precio justo para el valor sentimental que este tenga

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Una flor de cerezo Boys Over FlowersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora