La joven propietaria de las empresarias Lee se encontraba sentada en su oficina, daba vueltas mirando a la nada, tal y como lo hacía cuando era niña; su mente recorría de nuevo el sendero de los hechos que habían ocurrido las últimas semanas.
Le sorprendía lo tonta que había sido, originalmente volvió a buscar venganza tanto para ella como para su mejor amigo, pero en su lugar terminó ayudando en una ocasión a los F4 y formó parte de la pasarela de una de las empresas que estuvo por acabar con todo su patrimonio; seguido de esto se hizo amiga de una chica a la cual con el tiempo le tomó tanto cariño que la veía como una hermana mayor.
Eso era lo que más le molestaba, si se suponía que se prometió protegerla ¿Por qué no la alejó de Oh Min-ji cuándo tuvo la oportunidad? Dejó que fuera partícipe del acoso a Jan-di y sobre todo que la terminara difamando como hizo con ella tiempo atrás, esa inocencia que la caracterizó todo el tiempo le volvió a jugar en contra.
Ahora el surgir nuevamente de sus padres, eso era lo que más le carcomía la mente; se suponía que cuando ella asumió la herencia de sus abuelos, había dejado a sus progenitores prácticamente en la ruina ¿Cómo consiguieron tanto dinero e influencia para hacer parecer que su rapto fue un simple accidente? Y una pregunta aún mejor era ¿Cuánto dinero poseían para que los medios no hablaran de ello a pesar que era bien sabido que cualquier reporte de accidente en carretera era rápidamente comunicado por noticieros?
Ya no era tan crédula, o al menos eso creía pensar, el rencor que se albergaba y crecía en lo más profundo de su pecho fue desviado, no era para Ha-neul o para el F4, sus ganas de venganza hacia ellos esperaría, lo más importante ahora era lograr sacar a sus padres del tablero nuevamente, se metieron con lo más importante para ella, aquellos a quienes consideraba su familia.
La joven encendió la computadora de escritorio y revisó rápidamente su correo de negocios varias propuestas estaban allí, cientos de correo le eran enviados, esto era la carga que Kie siempre tenía.
___:¿Cómo demonios son tantos en un día? — se quejó la chica — Al mal paso darle prisa...
Fue así que miraba anuncios uno por uno, prácticamente desde que salió de la casa de Jun-Pyo había estado en esa oficina, un tiempo pensando pero ahora debía ponerse a trabajar.
Los rayos del sol entraron por las cortinas abiertas, nunca fueron cerradas en verdad; cuando el destello de estas impactó en los ojos de la joven pudieron hacerla reaccionar.
___: ¿En verdad pasó tanto? — suspiró mirando la hora — ¡¿6:00?! ¡¿Y cómo se supone que tenga esto listo para ir a clases?
La fémina había pasado toda la noche con una agenda en mano, como en los viejos tiempos cuando ayudaba a sus abuelos, se tomó el tiempo de leer cada correo y revisar la agenda y horarios hasta que los memorizó y la tarea fue más sencilla; a partir del próximo mes tendría una agenda bastante ajustada, más de lo que le gustaría.
Apagó la computadora y guardó la agenda en una caja fuerte, luego y a toda prisa salió de la oficina directamente a arreglarse; 30 minutos luego estaba saliendo del estacionamiento del edificio y manejando como una desquiciada para llegar a la academia, alabado sea el momento en que no había tanto tráfico como otros días.
Al llegar a un semáforo en rojo optó por tomar su celular y revisar rápidamente su bandeja de entrada, en este estaba un pequeño mensaje a manera de comunicado.
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Una flor de cerezo Boys Over Flowers
Fanfiction- YA NO SOY LA MISMA NIÑA. - Eso lo sabemos bien...