Prólogo

181 21 4
                                    

Cuando era pequeño, mi madre solía decirme constantemente: "La verdadera amistad resiste el tiempo, la distancia y el silencio".

En aquel entonces no lo comprendía, ahora que soy un adulto puedo darme cuenta de toda la verdad que había en aquella frase.

Durante mi estancia en la preparatoria fuí miembro del club de literatura, junto a un grupo de jóvenes con los cuáles viví grandes aventuras y bromas elaboradas en contra de los estúpidos universitarios.

Éramos dos equipos que al final, terminaron siendo uno solo.

Un grupo de idiotas, sin duda.

— ¡Corre, perra, corre!— gritó Hoseok.

— ¡Vamos a perder!— lloriqueo Taehyung.— ¡Todo es su culpa!

— ¿Nuestra culpa?— respondí ofendido.— ¡Si alguien no estuviera jugando no tendríamos este problema!

— ¡De mí no vas a estar hablando!— gritó Momo.— ¡Yo no era la única a cargo!

Todas nuestras miradas recayeron en la otra persona a cargo.

— No, no y no— dijo Chaeyeon.— Yo estoy aquí de adorno.

— ¡Pues que adorno más feo!— exclamó Heeseung.

— ¡Dejen de estar peleando y traten de esconderse!— ordenó Jisoo.

— No me digas genio, ¿Cómo no pensamos en eso?— respondió mi hermano.

— Con este escándalo será obvio que nos van a encontrar— Ji Eun dijo rendida.

— Es más fácil que te atrapen por tu paso de anciana que por nuestros gritos— Sun Woo sonrió.

— ¡Corran, chicos!— exclamó Liz.— ¡Nos pueden salir osos polares!

— Ay, rubia, estamos en la playa, aquí no hay osos polares— consoló Jae Yoon.— En dado caso sería un tiburón.

— ¡Eso suena peor!— gritó Kai.

— Y más creíble— Yuna respondió con obviedad.

Varios globos de agua comenzaron a caernos encima, ocasionando que todos gritaramos.

Porque eso significaba una cosa.

— ¡Nos van atrapar!— gritamos al unisonido.

En un arranque de desesperación, intentamos correr más rápido, ocasionando el inicio de la perdición.

Me fue inevitable no reírme de Hoseok cuando se comenzó agarrar la parte de atrás de su pierna.

— ¡Calambre! ¡Calambre!— exclamó.— ¡Llamen a una ambulancia! ¡Hombre hermoso herido!

Heeseung soltó una carcajada, preparándose para un comentario mordaz sin lograrlo, por su distracción no vio la gran rama de enfrente y terminó golpeándose en la cara, un golpe que lo llevo directo al suelo.

Juró que no quiero ser mala persona y reírme de sus desgracias, pero ellos no cooperan.

¿Cuándo podremos ser personas normales?

Entre más intentamos aumentar la velocidad, peor terminamos.

Un claro ejemplo de eso es Momo, quién cayó encima de un charco de lodo, y cuando apenas iba hacer el intento de levantarse, Chaeyeon le paso encima para darse más impulso para correr.

Con amigos como esos, ¿Para que enemigos?

Correr no nos sirvió de nada, terminamos siendo atrapados.

Lo único bueno de esto es que pude regresar a los brazos de mi esposo, a quién no dude en aferrarme como una garrapata.

Aunque él no me regresó el abrazo.

— ¿Ya te aburriste de mí, cierto?— pregunté.

— No digas tonterías— respondió con una sonrisa.

— Bien, me llevaré mi drama a otro lado.

Hice el intentó de caminar, pero el tomó mi mano con delicadeza.

— Sólo estoy observando la pelea del orgullo— comentó.

Y es verdad, enfrente de nosotros, el resto de nuestros amigos están en una disputa entre una segunda ronda o agarrarse a golpes.

En cualquier momento alguien terminará sin un mechón de cabello.

— Hanni, ¿Quieres un helado?— preguntó Soobin.

— ¡Vamos! ¡Vamos!

Hola, soy Choi Yeonjun y te doy la bienvenida a...

Unas vacaciones de locos.

𝐔𝐧𝐚𝐬 𝐯𝐚𝐜𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐜𝐨𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora