Capitulo 4

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"Sentimientos de verano"

Vacaciones, amigos, sol, arena y mar puede ser algo con lo que las personas suelen relacionar el verano.

Una época de diversión y nuevos momentos emocionantes.

— ¡El agua está muy fría!— escuché el grito de Wonyoung.

— ¿Que esperabas?— se burló Namjoon.— Es una laguna, no un jacuzzi.

— Hace tanto calor que pensé que no estaría tan fría— habló Mina.

— Tú nunca piensas— se burló Yuna.

— Salganse de la laguna, quiero estar sola— pidió.

— ¡No me digas que hacer!— exclamó Taehyung.— ¡La única que puede darme órdenes es Taylor Swift!

— Ya, ya— intervino Beomgyu.— Mientras más pienses que el agua está fría, peor lo sentirás.

— ¿De verdad?— cuestionó Chaeyeon.

— No, pero en mi mente eso sonó creíble.

Todos mis amigos continuaron platicando y riéndose animadamente en la laguna bajo mi atenta mirada desde un escalón de la terraza.

¿Por qué el cielo esta especialmente azul hoy?

Es dolorosamente hermoso.

Muchos pueden tener recuerdos asombrosos de esta época, viajes familiares, salidas con amigos e incluso nuevos amores.
Pero yo lo único que obtengo es dificultad para respirar por la humedad que hay.

Odie el verano cuando era niño porqué jamás pude salir a jugar como el resto de personas de mi edad.

Odie el verano en mi adolescencia porqué todo era monótono, una secuencia que no parecía tener final.

El verano es extrañamente largo y, algunas veces, asfixiante.

Muchas veces hace cuestionarte porque las personas ríen libremente mientras tú sólo las observas desde lejos, incapaz de comprender completamente ese sentimiento de felicidad.

Hasta Phineas y Ferb fueron más felices que yo en su interminable caricatura de verano.

— ¿Ya te aburriste?— pregunté en cuanto Soobin estuvo delante de mí.

— Algo así— respondió.

Asentí lentamente sin comprender mucho su vaga respuesta y me puse de pie.

— Espera aquí, campeón— hablé.— Te traeré una toalla.

Antes de siquiera poder caminar, el tomó mi muñeca.

— Gracias, hanni— contestó con una sonrisa.— Pero creo que la toalla será para tí.

No me dió tiempo de responder, en cuestión de segundos me cargó sobre su hombro como si fuera un costal de papas.

Sé perfectamente que soy delgado, pero la facilidad con la que me cargó fue un golpe directo hacia mi orgullo.

— ¡No, no!— chille.— ¡Bájame, animal!

𝐔𝐧𝐚𝐬 𝐯𝐚𝐜𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐜𝐨𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora