Capitulo 30

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"Recuerdos disfrazados de pesadillas"

La ráfaga de viento me hizo soltar un suspiro, frote mis manos en busca de un poco de calor.

Días cálidos y noches frías, jamás comprenderé esos radicales cambios de temperatura que odio.

Mire detenidamente como el perro amante del mango corre de un lado a otro en el jardín, claro, como se la paso durmiendo toda la tarde se pone enérgico en la madrugada sin importarle las horas de sueño de los demás.

Aunque debo de confesar que no podía dormir, almenos Doki me hizo distraerme un poco de mis preocupaciones.

Una nueva ráfaga de viento me hizo estremecerme de frio, sin embargo, en esta ocasión algo cálido fue colocado sobre mis hombros.

Mi esposo tomo asiento a mi lado en el columpio para terraza, cubriéndonos con la manta bajo mi atenta mirada.

— Sinceramente creía que la casa embrujada de la feria a la que fuimos no daba miedo, aunque mi perspectiva cambio en el momento en que miré atrás y todos estaban bañados de sudor y casi besaban el suelo al llegar a la salida— comentó con una sonrisa burlona.

— ¿Que clase de cosas habrás visto para no tener miedo?— me quejé.— Si no hubieses sostenido mi mano durante todo el recorrido, te aseguro que habría salido llorando como los demás.

Él soltó una carcajada.

— ¡No daba miedo!— exclamó.— Huening y yo salimos frescos.

— Liz y yo sobrevivimos por ustedes.

— ¿Sabes cuál fue mi parte favorita?

— ¿Cuándo Yoongi se cayó en el charco de sangre falsa?

— Nop.

— ¿Quizás cuándo Heeseung y Chaeyeon apostaron por quién era el más valiente, pero en cuanto llegaron a la mitad del recorrido lloraron?

— Nah, tampoco.

— ¿Tal vez cuándo Wonyoung se tropezó e intento agarrarse de Jae Yoon pero ambos terminaron rodando por las escaleras?

— ¡No, Bin!

— ¿Entonces?

— Fue cuando una de las fantasmas tomo a Hoseok del tobillo y lo arrastró por todo el pasillo— se rió.

— Y en vez de ayudarlo preferiste grabarlo— le recordé.

— Obvi— contestó.— Hobi sigue usando el vídeo que grabo cuando me sacaste del baño durante mi casi muerte, así que ahora yo usaré sus lamentos como método de diversión.

— Pero estas vivo— dí unas palmadas en su pecho.— Gracias a mí.

— No voy a darte las gracias- se cruzó de brazos.— Me obligaste a tomar esas asquerosas pastillas.

— Me niego a quedar viudo tan rápido.

— Almenos te deje con una hija y un nieto.

— Ajá— contesté.— Me dejas con dos gatos gordos que fingen quererme hasta que escuchan tu voz y maullan desesperados por tu atención.

— ¿Que te puedo decir?— soltó una risita.— Soy irresistible.

— Sí, claro— respondí fingiendo molestia.

— ¡Lo soy!— chilló.— Nuestros hijos serán hermosos por la genética que aportaré.

— Primero deja de llorar en el acto y ya después hablaremos de bebés— bromeé.

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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𝐔𝐧𝐚𝐬 𝐯𝐚𝐜𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐜𝐨𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora