Capitulo 10

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"El cupón del orgullo"

Dicen que los atardeceres son la prueba de que los finales pueden ser también hermosos.
Sinceramente me gusta verlos, resulta relajante el suave cantar de las aves y la brisa que los acompaña.

Y lo estaría disfrutando si no fuera por qué estoy corriendo como un maniático.

— ¡Vamos equipo!— exclamó Taehyung llenó de energía.— ¡Un, dos! ¡Un, dos!

— ¿Quieres callarte un segundo?— Hoseok preguntó sin aliento.— Ya no somos jóvenes para estar jugando de esta manera.

— Viejo estás tú, no hables por todos— me queje.

— Que estés lleno de bótox no significa que seas más jóven.

Jadee ofendido.

— ¡Esta belleza es natural!— alegue.

— Ya, chicos— Taehyung se colocó en medio de nosotros.— Sólo hay que llevar esta pelota a la meta y nosotros habremos ganado, ¡¿No eso genial?!

Cuando estábamos desayunando, Liz dijo que debíamos de hacer alguna actividad divertida en la que todos pudieramos convivir.

Alparecer estar todos amontonados en una misma cabaña no es suficiente para ella.

Después de una conversación larguísima se llegó al acuerdo que jugariamos un juego sumamente divertido, en dónde estaba más que claro que sólo las personas deportistas podrían sobrevivirlo.

Básicamente nos dividimos en equipos de tres personas y en el "bosque" se escondió una pelota azul, el equipo que la lleve a la meta serán los ganadores de un maldito cupón de descuento en la tienda de conveniencia de la esquina.

¡Sí! ¡Un cupón de descuento! ¡Yuju!

Sinceramente creí que nadie se interesaría en esa basura de premio, pero olvidé un gran detalle y es que varios de aquí son unos competitivos que si no ganan esa basura su orgullo les dolerá hasta el día de su muerte.

— Sigamos caminando, ya estamos cerca de la meta— alentó Taehyung.

— ¿Seguro que estamos cerca?— cuestione.— Yo siento que hemos estado caminando en círculos más de veinte minutos.

— ¡¿Tú también lo notaste?!— exclamó Hoseok.

Nuestras miradas acusatorias recayeron en Taehyung, quién sonrió nervioso.

— Bueno taaaal vez nos haya perdido un poco— respondió.— Pero sólo un poco.

— ¿En que momento confíamos en ti?— Hoseok rodó los ojos.

— Mira, nalgas flácidas, es verdad que nos perdí, pero almenos a mí no me tronaron las rodillas cuando me agache por la pelota— Taehyung se cruzó de brazos.

Solté una carcajada ante la ofensa.

— ¡No te rías, huevo kínder!— Hoseok me señaló.

— ¿Huevo kínder?— pregunté confundido.

— Traes premio— señaló mi vientre.

— ¡No estoy esperando un bebé!— chillé.— ¡No estoy embarazado!

— Eso dices ahora, pero noté que subiste de peso.

— ¡Sólo un maldito kilo!

— Uno de los muchos que subirás en los siguientes meses— sonrió.— Me ofrezco como tributo para ser el padrino de tu futuro hijo.

— O hija— agregó Taehyung y Hoseok asintió de acuerdo.

— Jamás dejaría a mi bebé a su cuidado— señalé a ambos.

𝐔𝐧𝐚𝐬 𝐯𝐚𝐜𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐜𝐨𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora