Capitulo 1

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"La llegada"

Normalmente en los libros narran que las vacaciones con amigos son un evento único e inolvidable, algo que todos deberíamos de vivir aunque sea una sola vez.

Aunque a decir verdad, durante todo el viaje estuve a punto de aventarme del auto.

Al principio sólo éramos Soobin, Beomgyu y yo para venir en el mismo auto, lo malo es que llegaron dos tristes tigres que pedían de favor llevarlas porque los demás se negaban a viajar con ambas.

Ahora entiendo porque no las aceptaron, son peor que un loro que recién aprendió hablar.

Yo sabía que precisamente el silencio no era su fuerte, pero después de haberlas escuchado cantar todo el álbum de Hannah Montana me hizo reemplantearme la idea de si soy una mala persona por quererlas dejar en la primera estación de autobuses que encontraramos.

Ya estoy de malas y nisiquiera es medio día.

Esto no me estaría pasando si fuera un loquito del centro.

Apenas estaba bajando del auto cuando un gigante golden retriever se abalazo sobre mí.

Quisiera decir que fue tierno, pero la verdad es que me sacó el aire por golpearme en el estómago.

— ¿Estás llorando?— alguien preguntó.

— No— respondí.— Solamente me conmovió como un perro me intento matar.

Lo peor de este asunto es que el perro sigue aferrado a mí, mueve la cola mientras ladra con felicidad, como si no hubiera intentando sacarme el bebé que no esta en mi vientre.

— ¿Dolió mucho?— otra persona preguntó.

Alcé la mirada encontrándome a Taehyung y Jungkook.

— ¿Es de ustedes el perro?— pregunté.— Porqué alguien tiene que pagarme la indeminización.

— Ya, ya, no exageres, amor— Soobin me quitó al perro.— ¿De quién eres cosita?

Un ladrido es lo que obtuvo como respuesta.

— Esta claro, es de la pareja Jeon— dijo Beomgyu desde su asiento.— Pedimos cinco millones de dólares como indemnización y no iremos a los juzgados.

— ¡Nisiquiera es nuestro!— chilló Taehyung.— A todos nos golpeó ese perro cuando llegamos.

— Es parte de la bienvenida— dijo Jungkook.— Aunque sinceramente debió golpearte más fuerte.

Ambos fingimos mirarnos mal.

— Ya veo que conocieron a Doki— habló Liz.

¿Quién le pone Doki a un perro malévolo?

Aunque, bueno, si Liz es su dueña está más que claro que habrá maldad en ese perro.

— ¿De verdad se llama Doki?— cuestionó Jungkook.

— A ver, échate la de sentado debajo de un árbol de mango— Taehyung le dijo al perro.

𝐔𝐧𝐚𝐬 𝐯𝐚𝐜𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐜𝐨𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora