La Pareja Favorita

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Luigi se levantó a las 5 de la mañana para poder ir al pueblo por un ramo de flores. Su madre siempre solía decirle que ese era el mejor regalo que podía darle a alguien especial.

Compró un arreglo de girasoles y margaritas. La combinación perfecta entre vitalidad, admiración y belleza; o al menos eso le había explicado Peasley años atrás.

Cuando iba en el autobús de regreso a Fungwarry, recibió un mensaje de Bowie.

Bowie: Fue muy lindo estar contigo ayer

Bowie: Otra vez perdón por desaparecer tanto tiempo

Luigi: No te preocupes, entiendo que hayas estado ocupado

Luigi: Por cierto, te ves muy lindo con tu uniforme

Apenas llegó a la academia, se apresuró a darse una rápida ducha y arreglarse.

Decir que había dormido bien la noche anterior sería una mentira; pues a pesar de que ver a Bowie siempre lo ponía de buen humor, aún seguía arrepentido por cómo había tratado a Daisy.

Fue a buscarla a la cafetería, pero no estaba ahí. Tampoco en el jardín o en la sala común de las princesas. Luigi empezó a preocuparse; no sería la primera vez que la chica se desaparece por la tristeza, pero sacarla de ahí siempre era una tarea difícil.

Fue al salón con la esperanza de al fin encontrarla. Y así fue.

–Lu– se levantó la chica apenas lo vio.

–Daisy– suspiró –Estaba preocupado ¿Sí desayunaste?– se acercó a ella.

–Hasta crees que estaría de tan buen humor si no hubiera comido aún– forzó una risa para después morderse ligeramente el labio –¿Cómo te sientes?

–Yo debería preguntarte eso– la miró –Enserio lamento lo de ayer, no debí hablarte así.

–Yo tampoco debí entrometerme de más. Solo me sentía culpable; quiero decir, yo te obligué a ir a ese bar y te dejé solo sin pensar bien el riesgo al que tal vez te estaba exhibiendo. Luego no lo encontré en ningún archivo y… – sentía como su voz se iba quebrando con cada frase que decía.

–Daisy, tranquila‐ acarició sus hombros –No pasó nada malo. Estoy bien– le sonrió –Te traje esto– le dio el ramo.

La chica abrió los ojos e hizo una ligera mueca.

–No se vale– hizo un puchero –Yo también te traje flores– reveló un arreglo de claveles y no me olvides sobre su pupitre.

Soltó una risita –Supongo que por algo somos destinados.

–Sí– suspiró de mala gana –Lu, no confío del todo en Bowie, pero si él te hace feliz, yo te apoyo.

–Ayer volví a hablar con él– confesó –Nos encontramos en la biblioteca.

–¿¡De verdad!? ¿Lo encontraste dentro del campus?

–Y sin planearlo. Es ayudante de biblioteca en las noches. Fue una linda coincidencia.

–¿Y qué tal?

–Creo que casi nos besamos.

–¿¡QUÉ!? ¿Cómo pasó eso?

–Ni siquiera yo estoy seguro. Solo estábamos hablando y de la nada empezamos a acercarnos. Fue muy extraño; no era mi primer beso, pero se sintió tan cálido por primera vez‐ susurró –No soy gay, no puedo ni debo serlo, pero creo que él me gusta– sintió un nudo formarse en su garganta –No quería sentir nada por él; no quiero arruinar el juego ¿Qué diría Miyamoto si se entera? ¿¡Qué diría mi hermano!? Mis padres, Peach, tú…

Proyecto Bowuigi 👑Fungwarry Tales👑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora