Luigi se miraba con una mirada nerviosa al espejo. Daisy le había dicho que no debía arreglarse tanto, solo sentirse sexy, pero sexy era una palabra que no encajaba en el vocabulario del chico.
–¿Ya estás listo?– entró su amiga al cuarto.
–¿Cómo entraste? ¿Puedes tocar? Algún día podría estar desnudo y sería extraño– frunció el ceño.
–Hice una copia de tus llaves durante vacaciones– se sentó en la cama –¿Listo para hoy?– sonrió.
–Es broma ¿Verdad? Estar en un lugar ruidoso y lleno de gente... Sí, definitivamente no creo salir vivo de ahí.
–Ugh, Lu, ya lo hablamos– se levantó –Nunca harás amigos si no te arriesgas– lo miró unos segundos –De acuerdo, vamos a arreglar esto– se acercó –Primero que nada, la camisa va desfajada– metió sus manos dentro de su ropa –Segundo, despéinate un poco– lo sacudió –Y por último, relájate– besó su mejilla –Lu, eres muy lindo, seguro le gustarás a muchas personas.
–¿Gustarles?– arqueó una ceja.
–¿A qué crees que vamos?
–A torturarme– confesó.
Soltó una risita y tomó su mano –¿Nos vamos?
Tomó una gran bocanada de aire y asintió de mala gana.
Caminaron unas cuadras hasta llegar a un lugar con una larga fila de jóvenes esperando a entrar. Luigi tragó saliva al notar la cantidad de personas a las que se estaría enfrentando, al contrario de Daisy, quien solo sonreía con una sonrisa traviesa echando el ojo en busca de alguien atractivo. Y es que cualquiera tendría suerte si la invitara a bailar, pues esa noche se veía más atractiva de lo usual con una minifalda negra, un top dorado de lentejuelas y una cola de caballo alta; definitivamente atraería la mirada de cualquiera con buen gusto, o al menos eso pensaba Luigi.
Estuvieron formados durante unos quince minutos, hasta que Daisy puso los ojos en blanco y jaló a Luigi fuera.
El chico agradeció a los cielos la poca paciencia de su amiga, pero no contaba con que los cielos no estaban de su lado ese día y solo lo jaló hacia la entrada principal.
El guardia bajó la mirada y se les quedó viendo. La chica alzó el rostro de Luigi y le enseñó una foto del último Luigi 's mansion, el guardia asintió ligeramente y los dejó pasar.
–¿Enserio usaste mi rostro para obligarme a entrar?– la miró.
–Lo sé, soy una genio– se emocionó mientras tomaba su mano –Lu, te presento mi hábitat natural.
Por un momento, Luigi sintió que su alma abandonaba su cuerpo. No importaba hacia donde mirara, era como si todos sus miedos se hubieran reunido en un solo lugar y ahora tomaban forma frente a sus ojos. Las personas, el ruido desorganizado y música escandalosa lo estaban volviendo loco con solo pocos segundos.
Aunque eso no era lo que más le sorprendió, si no varias banderas de la comunidad LGBTQ+ colgadas en las paredes y las parejas del mismo sexo bailando y besándose sin pena alguna en la pista.
–Daisy ¿A dónde me trajiste?
–A un bar gay– respondió sin mucho interés.
–¿¡QUÉ!? ¿Te das cuenta del problema en que me puedo meter si mi hermano se entera que estuve aquí?
–¿Cómo va a enterarse? Oye, si echas un buen ojo, puedes ver a varios estudiantes de la academia ¿O acaso enserio crees que eres el único que no se siente atraído a su destinado? ¡Mira, ahí están Link y Sidon!– los señaló a lo lejos.
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Proyecto Bowuigi 👑Fungwarry Tales👑
FanfictionEn su mayoría, las historias son simples, pero lo que hay detrás de ellas... Es un nuevo semestre en la academia Fungwarry, popularmente conocida por ser la mayor exportadora de sagas exitosas en todo el mundo. Sin embargo, una de sus mayores franqu...