Proyecto Bowuigi 👑Fungwarry Tales👑

Te Tengo

Eran las cuatro de la mañana cuando sonó su alarma. Ambos alzaron sus miradas y sus ojos fueron lo primero que encontraron. Los recuerdos de la noche anterior estaban tan frescos que tan solo verse hacía arder sus mejillas.

La cama y sus alrededores estaban hechos un desastre.

Después de su primera vez, los amantes quisieron intentarlo de nuevo y una vez más después de eso. Al final, ninguno estaba seguro de cuantas rondas habían tenido.

–Tenemos que ir a Fungwarry– susurró Bowser.

–Quedémonos un rato más– dijo Luigi mientras se recostaba en su pecho –Estoy cansado.

El mayor acarició su cabello para después bajar a su mejilla –Me encantaría congelar el tiempo en esta imagen, pero si no regresamos los demás se darán cuenta.

–Pues que se den cuenta– gruñó mientras cerraba los ojos.

Soltó un pesado suspiro –Daisy descubrirá que la engañaste– canturreó.

El humano se levantó de golpe y se apresuró a vestirse. En menos de quince minutos, ambos ya estaban esperando el autobús en la parada.

Durante el trayecto, Luigi volvió a dormir. No cabía duda de que fue quien más cansado quedó después de todo lo que pasó.

La escuela seguía dormida cuando ellos llegaron; ya eran las cinco de la mañana.

Se despidieron con un beso y fueron hacia sus respectivas alcobas.

Luigi sintió cierto alivio al entrar a la sala común de los aliados. Era un lugar que de cierta manera siempre lo hacía sentir en casa.

Por desgracia, toda su tranquilidad se vio despedida en cuanto abrió la puerta.

–¿Dónde mierda estabas?– preguntó su hermano sentado en la cama.

–Mario– murmuró el menor –¿Qué haces aquí?

–Pregunté primero.

–Yo... Me desperté de madrugada y decidí dar un paseo por el jardín.

–Mentira– se paró –Luigi ¿Cómo crees que me siento después de venir aquí la noche anterior a buscar a mi hermano menor, ver que no estaba y no importa cuanto esperara no aparecía? Y ahora incluso tienes el descaro ¡DE MENTIRME A LA CARA!– golpeó el escritorio –No me hagas preguntárselo tres veces ¿¡Dónde estuviste anoche!?

Luigi mordió ligeramente su labio y dejó escapar un pesado suspiro –Salí a un bar con un amigo. Los camiones de regreso cancelaron sus viajes por la lluvia y nos quedamos en un motel.

–¿Un motel?

–Habían dos camas, ya cálmate– mintió.

–¿Y fuiste al bar vestido así?– lo rodeó.

–¿Hay algún problema?

–Los pantalones están algo ajustados ¿No crees?– frunció el ceño –Luigi, eres un hombre. Además ¿Qué son estos colores?– señaló su camisa verde menta.

–No le veo lo malo– hizo una mueca.

–Lo que digo es que podrías atraer la atención de hombres que... tú sabes.

–¿Saber qué?– frunció el ceño.

–Homosexuales– soltó con cierto asco.

–Mario,ve a dormir– giró los ojos.

–¿Con qué amigo saliste?

–No eres mi papá.

–Soy el encargado de cuidarte aquí– lo obligó a mirarlo –¿Entonces?