Una tarde a principios de octubre, en un lugar de una ciudad...
Las casualidades son nombradas cuando nos encontramos con una serie de circunstancias que no estamos buscando. Por lo general, los hechos que han sucedido son difíciles de que pasen ya que las casualidades son simplemente eventos fortuitos.
A lo largo de la historia encontramos multitud de coincidencias, entre ellas, el caso del escritor y orador estadounidense Mark Twain. Nació en el año 1835, uno de los años en el que se pudo ver el cometa Halley. A sus 74 años predijo que moriría al año siguiente, junto a la nueva visita del mismo cometa. La noche del 21 de abril de 1910, justo en el preciso instante en el que era visible el cometa Halley, Twain falleció por muerte natural. ¿Coincidencia? Todo es probable. Pero para casualidades las que encontramos entre los presidentes estadounidenses Lincoln y Kennedy. Ambos fueron elegidos en los '60. 1860 y 1960 respectivamente. Los dos perdieron la nominación de su partido para la vicepresidencia en las elecciones del '56. También fueron los dos los segundos hijos de sus padres, se enfrentaron a los problemas de la población negra estadounidense y declararon públicamente su punto de vista sobre el asunto en el '63. Pero lo más curioso fueron sus asesinatos ya que ambos fueron asesinados un viernes, en presencia de sus esposas y por un disparo en la cabeza. El asesino Booth disparó a Lincoln en un teatro y se escondió en un almacén, mientras que Oswald disparó a Kennedy desde un almacén y se escondió en un teatro. Ambos asesinos, con quince letras cada uno en sus nombres completos, fueron asesinados antes de ir a juicio.
Entre otras casualidades, esta vez más cotidianas como hallar un billete por la calle, que te encuentren en el lugar que necesitan tu ayuda o cruzar una mirada con la persona que te atrae, se debate si las casualidades existen o no existen. Los escépticos en este caso se aferran a la casualidad o el azar, o tal vez prefieren dejarlo en algo más simple como la suerte. Los creyentes, sean de la religión que sean, prefieren dejarlo en el campo del misterio, o que las circunstancias sucedidas han estado en mano de Dios o del destino.
Guillermo acaba de terminar las clases. Es martes, y el día es mucho más diferente que el de ayer. Día soleado, algo de frescor en el ambiente y la jornada ha transcurrido con normalidad. Además está de buen humor. ¿Tendrá que ver algo la chica que conoció ayer? Parece que no. Se cayeron bien pero nada más. Además, se podría decir que Sara es su mejor amiga, la mujer que tanto le escucha, hablan y se ayudan, pero sobre todo se divierten. ¿Por qué no puede pasar igual con su hija Romy? Al final, ayer por la noche consiguió adelantar la materia que tenía pendiente, así que esta tarde podrá tomarse las cosas con más calma. Por otra parte, el grupo de WhatsApp "Los Pumas" ha estado activo durante la mañana manteniendo una conversación donde han quedado los miembros del grupo: Álvaro, Guillermo y Rafa.
Rafa tiene el pelo castaño y lo lleva bastante corto, todo pasado a máquina. Sus ojos son azules, estatura media y su color de piel no es precisamente moreno, más bien es pálido. Es bastante alegre e incluso bromista. Estudia un ciclo superior de informática pero no por ello es su único mundo. Le encanta el fútbol, de hecho todos los fines de semana sigue desde casa a su equipo de corazón, que le sigue entusiasmando desde que era pequeño, el Atlético de Madrid. Y aunque su equipo le ha dado muchas noches de sufrimiento en el fondo está más que orgulloso de seguirles y formar parte de la afición colchonera. También le encanta salir a correr en su tiempo libre. Es su mejor manera para desconectar de la rutina, superar sus marcas personales, incluso le ayuda para conocerse a sí mismo. De los tres protagonistas del grupo es el que menos queda por semana. Y no es porque ocupe su tiempo con otro grupo de amigos, tampoco porque tenga pareja, simplemente que no siempre puede disponer de una tarde para salir al cine, cenar y pasar parte de la noche trasnochando.
Se aproxima la hora a la que han quedado, 19:30. Guillermo sale de casa con tiempo de sobra, como es habitual en él, aunque los últimos días las circunstancias no habían sido así. Primero recoge a Rafa, que vive más cerca de su domicilio, y ambos se dirigen cerca de la cafetería Cafés Al Capone. Entretanto, dialogan de los últimos días y novedades, pero el tema principal es la ruptura de Álvaro y la reacción que tuvo aferrándose a las redes sociales, aunque a Rafa tampoco le sorprende del todo. Minutos después, ven a Álvaro a lo lejos esperando en la esquina donde habían quedado. Esta vez va mucho más arreglado que el último día que se vieron, incluso su cresta vuelve a lucir como en días anteriores. Una vez que está el grupo al completo, los estudiantes mantienen el paseo mientras que Álvaro le resume a Rafa su ruptura con Andrea. Él sigue la conversación dejando ver que no sabía nada, aunque minutos atrás ya había sido informado por Guillermo. Tanto es así que por la mirada que Rafa le echa de reojo a Guillermo le hace entender que lo de Álvaro no tiene remedio.
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"Yo también" no es decir te quiero
Romansa¿Sabes? He estado observando esta mañana desde mi ventana. Algunos caminan cabizbajos, otros corren apurados de un lugar a otro como si se les fuese a ir la vida. Los hay que van a un bar en busca de una cerveza a falta de sonrisas. ¿Pero...? Todos...