Capítulo 24. Sin valor

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Son las 7:20 de la noche y Lyria y yo estamos en mi habitación mientras ambas observamos la nota de Deimos.

-Vas a ir? – era la quinta vez que Lyria me preguntaba lo mismo y era la quinta vez que yo no le respondía nada. Debería de ir? Por un lado quería y necesitaba recuperar ese anillo, pero por el otro, no quería ver a Deimos. Los minutos avanzaban y yo seguía sin saber que hacer.

-Crees que debería de ir? – le pregunte a Lyria, ella abrió su boca para después cerrarla y repetir eso mismo unas 3 veces.

-Diablos Annalisse, no lo sé – me lleve mis manos a mi cabeza en señal de exasperación. Observe mi balcón y decidí salir un poco a que me diera el aire, claro que lo último que me esperaba era ver a Deimos Albanis sentado y recostado en el tronco de uno de los árboles que estaba en frente de mi ventana. Di un brinco del susto.

El movimiento brusco llamo la atención de Deimos y una sonrisa socarrona no tardo en aparecer en sus labios. Él se dedicó a observarme directamente a los ojos y conocía esa mirada, me estaba retando a ir. Algún día mi orgullo me traería consecuencias realmente graves, solo esperaba que ese día no fuera hoy.

-Mañana iré a tu casa a contarte todo Lyr, lo prometo – y sin más salí de mi habitación en dirección a los jardines. Una vez que llegue ya no estaba Deimos en la posición en la que lo había dejado, ahora se encontraba parado al lado del tronco. Comencé a acercarme a paso decidido hacia donde él estaba, pero eso solo logro que el comenzará a sumergirse en el frondoso bosque que decoraba los jardines del palacio.

Por un momento pensé en llamarlo y decirle que no era buena idea adentrarnos en el jardín de noche los dos solos. Pero después la idea de que alguien nos viera apareció en mi cabeza, así que reconsidere mis pensamientos y comencé a seguirlo. No estaba del todo segura de a donde quería llegar, pero yo necesitaba ponerle un alto a toda esta situación y recuperar mi anillo.

Terminamos llegando a un pequeño lago que no estaba muy lejos del palacio. Deimos se limitó a sentarse cerca de la orilla y yo imité sus acciones. El silencio se mantuvo algunos segundos donde ambos solo nos dedicábamos a observar el agua fluir y a escuchar el profundo silencio de la noche. Él fue quien interrumpió dicho silencio.

-Me dirás porque te vas a casar con Leridon? - me quede prácticamente muda ante sus palabras. Esperaba que él quisiera renegociar algo de Krend a cambio de mi anillo, jamás me imaginé que sacara este tema ahora. Mucho menos pensé que hablaría sobre mi futura boda con Hunter en ese tono. No sonó como el típico Deimos engreído y perspicaz, sonó como un amigo de toda la vida que le pregunta a su amiga sobre algo para saber que tan bien está.

-Porque me preguntas esto? - el suspiro antes de retirar su vista del agua y dirigirla a mi rostro.

-Porque creo que me merezco una explicación del porque lo escogiste a él sobre a mi - es todo lo que me contesta. Yo dejo de respirar unos segundos. En mi mente solo se repite la pregunta de si él genuinamente se merece algo de mi.

Podría fácilmente rehusarme a contestar e irme, sin embargo, no me siento atacada por él. No creo que le deba nada, pero tampoco me hace daño darle una respuesta. Quizá si lo hago, este capítulo de mi vida se cierre de una vez por todas y ambos podamos seguir con nuestras vidas en paz.

Di una larga respiración antes de comenzar a hablar - Porque él es el único de los dos que podría darme el futuro que deseo para mi - sin quererlo, mi voz sale como una especie de susurro. Aún así soy plenamente consciente de que Deimos me escucho a la perfección. Su cara rápidamente se gira en mi dirección, por su expresión puedo inferir que está intentando entender mis palabras a toda velocidad.

-Él único que podría darte el futuro que deseas? - me responde a modo de pregunta.

-Yo quiero un matrimonio feliz Deimos, una familia. Mis padres se casaron sin amarse, al menos mi madre no amaba a mi papá. Pero con el tiempo las cosas cambiaron y ahora son la pareja más enamorada que jamás había visto. No amo a Hunter, como tampoco te amo a ti. Pero creo que en el futuro eso puede cambiar entre Hunter y yo, tanto yo puedo amarlo como el a mi - Deimos volvió a dirigirse hacia el frente, más específicamente hacia donde una luciérnaga volaba cerca del Río.

El diamante de la coronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora