Estas últimas 2 semanas de mi vida han sido un completo caos. No miento al decir que he estado de un lugar para otro prácticamente sin poder respirar. Tuve que ir a la modista real como 10 veces solo para los ajustes del vestido de novia. Eso sin contar la elección del vestido de mi dama de honor, las flores, el pastel, la música, los invitados, la iglesia, la comida, la bebida, el ramo y un millón de cosas más.
Sigo sin creer que en 3 días me casaré con Deimos Albanis. El hecho de que en este momento esté por llegar a su palacio como visitante una última vez me tiene a punto de vomitar. La boda se celebrará en Krendigan, pero este es mi último viaje para dejar todas mis cosas en el que será mi hogar en los siguientes meses. La construcción del nuevo palacio no puede empezar hasta que la boda sea celebrada.
Casada con Deimos, ni siquiera lo he visto más de dos segundos en estas dos semanas. Sé que lo anterior se debe a que está igual de lleno de cosas por hacer que yo. Nuestras familias no se quedan atrás, especialmente nuestras madres. Debo admitir que ambas han sido un gran apoyo al momento de sacar todo esto adelante. Por un momento me dio miedo que fueran a querer empezar a imponer cosas, pero nada de eso pasó. Las dos siempre mantuvieron la postura de que esta era nuestra boda y solo nosotros podíamos decidir sobre cómo la queríamos. Claro que me traían opciones y me daban sus opiniones y consejos cuando los solicitaba, pero jamás traspasaron una línea.
Mi mejor amiga fue de gran apoyo una vez regresó de su luna de miel, lo cual fue hace una semana. Era un poco raro para mí escuchar a las demás personas referirse a Lyr como Lady Castier. Aún no le pueden decir duquesa o excelencia porque Marcus no es aún el duque de Castier. Ella misma me confesó que a veces no reaccionan cuando le hablan por ese nombre, supongo que con el tiempo nos acostumbraremos las dos.
El mencionar a mi mejor amiga me trae a la mente la conversación algo incómoda que mantuvimos el primer día que la vi de nuevo. No puedo creer lo perdida que estoy sobre algunos temas, sobre todo cuando son temas que yo juraba entender. Definitivamente en el tema de la consumación del matrimonio no era una experta.
De acuerdo a Lyria, el tener relaciones maritales con tu esposo es una experiencia interesante. Me habló sobre cómo no lo puede catalogar como perfecto, ya que hay ciertas situaciones que no son muy placenteras, pero que con el tiempo te acostumbras y dejan de ser incómodas. En sus palabras, después de esa fase viene lo bueno.
Ahora no solo estaba nerviosa por la boda y la creación de una nueva nación, ahora también estaba nerviosa por la noche de bodas. A Lyria pareció darle vergüenza hablar mucho sobre el tema, solo me comentó que para lo que se hace en la noche de bodas es necesario no llevar nada de ropa. Jamás he visto a nadie desnudo que no sea yo misma. Inmediatamente le pregunté que cómo pasaría algo si yo no sé cómo funciona el acto marital, pero ella replicó que Deimos seguramente sabe de sobra sobre todo eso. Después cambió el tema a la boda y no pude volver a preguntarle nada. Pensé en preguntarle a mamá, pero si Lyria que es mi mejor amiga se puso así de incómoda, no me quiero imaginar cómo sería para mi progenitora.
Llegamos al palacio de Albanis y el pensamiento que ha estado escondido en mi cabeza desde hace dos semanas vuelve a resurgir. Vuelvo a examinar su comportamiento y su actitud. Esa pequeña esperanza que deseaba que nunca apareciera lo hace. Aunque siempre termino donde mismo, ¿qué hay de mí? ¿Yo siento algo?
Bajo de mi carruaje y se me informa que la familia real está en un compromiso de emergencia y por eso no pueden recibirme. Yo asiento porque ya lo sabía, la reina me lo hizo saber hace dos días durante su visita al palacio. Estaban cerrando una negociación importante con una nación lejana. Se evaluó si mi presencia era necesaria y todos concluimos en que no.
Las doncellas me dirigen hacia la zona del palacio donde habitaré con el que será mi esposo y mientras camino por los pasillos no puedo no detenerme a ver las pinturas de la familia. Me gustaría decir que no, pero me detengo más tiempo en los cuadros donde sale Deimos. Jamás podría negar que es sumamente atractivo, pero creo que lo que más me gusta de él es el aura de misterio que desprende. Es el tipo de personas que ves y quieres conocer. No por su simpatía, definitivamente.
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El diamante de la corona
Ficción GeneralHola, mi nombre es Lia Annalisse Krendigan princesa heredera al trono de Krendigan, pero mis padres me dicen solo Annalisse. Tengo 20 años y en unos días será mi cumpleaños número 21, donde pasará lo inevitable, algo que ha maquinado en las cabezas...