like it's a game - larry (traducción)

IV

Capítulo 4: Lista de pretendientes.

Caminar por la mañana me ayuda a mantener una rutina saludable. Incluso antes de que salga el sol parisino, estoy listo, esperando a Mila, que me acompaña en cada paseo. Después del paseo, siempre paramos en un café a tomar un capuchino y un cruasán.

Estamos en la cola, hay unas cinco personas delante de nosotros, pero no tenemos prisa cuando toda la conversación gira en torno a Louis Tomlinson.

El futbolista ha ocupado un gran espacio en mi mente estos últimos días. Desde que me envió los mensajes halagando mis ojos, no puedo dejar de pensar en él. Tal vez sea su encanto natural lo que ha captado mi atención.

-- A ver si lo entiendo. - Mila deja de leer el menú y me mira fijamente. -- Louis Tomlinson te ha enviado un mensaje halagando tus ojos y tus hoyuelos... ¿y no has contestado? ¿Te has vuelto loco, Harry?

Parece genuinamente indignada con las cejas arqueadas y una expresión que grita: "¿Hablas en serio?".

-- No sé qué contestar. - Intento explicarme, encogiéndome de hombros.

-- ¿Qué tal un "Gracias, Louis. Has sido muy amable". - Sugiere como si fuera obvio.

-- Podría contestar, pero los mensajes de texto no dan el tono adecuado, ¿sabes? Una conversación cara a cara sigue siendo superior para mí.

-- Eres raro. - Ella se ríe.
-- Dudo que puedas agradecerle los cumplidos sin sonrojarte ferozmente delante de él. Si por mensaje de texto ya suenas como una adolescente, imagínate cuando estén cara a cara.

Se echa a reír, incitándome a reír con ella. Solo de recordar los mensajes me ruborizo.

-- Louis es tan lindo -suspiro con una sonrisa-. - Tiene un encanto natural y es muy atractivo. Me hace sentir tímido cuando me presta toda su atención y me mira fijamente con esos ojos azul oscuro como si pudiera ver dentro de mi alma. Así que no me culpes por sonrojarme como una adolescente.

-- Te has fijado demasiado, Harry. - Mila me dedica una sonrisa sugerente. -- Creía que no te gustaban los jugadores calientes persiguiendo una pelota. Tus palabras, no las mías.

-- ¡Pero de verdad que no! - Doy un pisotón, una pequeña sonrisa creciendo en mis labios. -- Pero Louis... por alguna razón es una excepción.

-- Quieres que te diga ahora o después por qué es una excepción. - Ella arquea una ceja y tiene una sonrisa sugerente en los labios. Pongo los ojos en blanco, fingiendo tomármelo a la ligera.

-- No empieces, Mila. - murmuro en voz baja, sabiendo ya dónde va a acabar esta conversación.

-- Vamos, Harry, ¿cuánto hace que no conoces nada diferente a tu círculo de amigos? ¿Cuánto hace que no sales a divertirte? O, no sé, ¿coquetear con alguien?

-- Ha pasado mucho tiempo desde que... bueno, ya sabes. - Suspiro, siento que se me hunde el pecho y me invade un mal presentimiento cuando los recuerdos de mi última relación se cuelan en mi mente.

Hace cuatro años, terminé mi relación con Henrique, el padre de Ciel.

Lo que me hizo tomar esta decisión fue la forma en que me había estado tratando. Siempre era grosero, me trataba mal y cada vez que tenía la oportunidad me menospreciaba, diciéndome palabras duras. Henrique le levantaba la voz a Ciel y era grosero todo el tiempo. Me manipulaba para que todo girase en torno a él y no negaba que estaba celoso de mi éxito.

Henrique me engañaba con su secretaria, con la vecina, con la niñera, con una empleada, con la cocinera. Y, oh, no olvidemos otras traiciones que no se esforzó en ocultar.