VI

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Capítulo 6: Charlas nocturnas.

Un dato sobre Ciel: Es sin duda el niño más divertido y amable que he conocido. Libera amor, alegría y lleva mucha luz consigo. Es muy hablador, siempre le gusta contar sus cosas favoritas y sus sueños locos e interesantes. De camino al centro comercial, me dijo que había soñado que era un balón de fútbol y añadió que era el mejor sueño de toda su vida. Me reí y le dije que sin duda era el sueño más loco y genial que había oído nunca.

También me di cuenta de que Ciel es una copia en miniatura de su madre. Los ojos verdes, los hoyuelos adorables y la lindura no lo niegan. Es como un encuentro de almas gemelas perfectas.

No podría tener una madre mejor... y precioso. Muy guapo. No olvidemos este hecho.

Delicado como un ángel, pero al mismo tiempo un auténtico rompecorazones;

Harry es el atardecer parisino y los campos de lavanda de la Provenza. Sencillez y colores fervientes, cautivadores y luminosos sin esfuerzo. Desenfadado y elegante. Un soplo de aire fresco en una bruma de olas mediterráneas.

Pero al mismo tiempo Harry marca tendencias. Es excéntrico y elegante. Provocación y martinis de estrella del porno. Elegancia misteriosa y vulgar, luces tenues y rizos desordenados. Champán y besos robados. Algo así como; noches salvajes y un toque de cereza perdida por Tom Ford. Cócteles de frambuesa, influencia y poder.

Doble dosis y perfecto.

Aparcamos el auto y nos dirigimos al centro comercial. Elegimos un centro comercial con poco tráfico para hacer las compras. Primero fuimos a comprar el helado favorito de Ciel y luego fuimos a la tienda de uniformes.

-- Buenos días, disculpe. - Dice Harry amablemente y la dependiente sonríe.
-- Venimos a comprar los uniformes del PSG para este niño.

Ciel saluda a la chica, sonriendo tímidamente y agitando su manita.

-- Por supuesto, por favor acompáñenme. - Nos pide y la seguimos al interior de la tienda.

Nos enseña unos cuantos modelos de varios tamaños y colores hasta que Ciel elige su favorito.

-- Me probaré este, mamá. - Señala un uniforme de colores tradicionales con el número 28 en la espalda. Esto me arranca una gran sonrisa.

-- Es muy lindo, cariño. - Harry hace un cumplido. -- Vamos a esperar aquí para que nos enseñes cómo te queda.

-- ¡Vale, mami! - Ciel sonríe con hoyuelos y corre hacia el probador.

La dependiente se da la vuelta y nos sonríe.

-- Su hijo es tan lindo y adorable. - comenta, y yo sonrío torpemente, apartando la mirada. Harry suelta una carcajada baja y se apresura a decir:

-- Ah, no, no, Ciel no es nuestro hijo. - Explica y la empleada se pone rojo de vergüenza, completamente avergonzada.

-- Dios mío, lo siento, no lo sabía. Lo siento mucho. - Ella se disculpa varias veces, pareciendo mortalmente avergonzada.

-- No pasa nada, no se preocupe.
- Le aseguro, sonriendo amablemente.

-- No te preocupes, cariño. Todo va bien. De verdad. - Harry suelta una pequeña carcajada para calmar a la chica, que respira aliviada, pide que la disculpen y se apresura a marcharse.

Y entonces nos quedamos solos. Él y yo. Los dos solos. Es curioso cómo nos volvemos al mismo tiempo hacia el espejo que tenemos delante y eso dibuja una pequeña sonrisa en Harry haciendo que un profundo hoyuelo aparezca allí.

like it's a game - larry (traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora