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Capítulo 10: "Te echo de menos a ti y a tus besos".

A veces las horas parecen minutos y a veces un solo segundo dura una eternidad.

Para mí, el segundo que quiero que no acabe nunca es el que estoy viviendo ahora mismo: estamos en la cama, envueltos en sábanas que huelen a jazmín. Estoy tumbado sobre el pecho de Louis, tiene los ojos cerrados y oigo su corazón latir a un ritmo tranquilo. Los primeros rayos del sol bañan su piel, deseando la eternidad y haciéndola brillar como el oro.

Si cierro los ojos, los recuerdos de ayer siguen apareciendo como fogonazos en mi mente. Louis y yo bailando. Louis y yo besándonos después de tomarnos nuestra tercera botella de vino. Louis y yo fumando un porro. Louis y yo besándonos como si la noche no fuera a acabar.

Y tampoco puedo olvidar cómo Louis me cuidó cuando llegamos a su casa. Me preparó un baño caliente y me pidió que me relajara mientras me lavaba el pelo.

"Tus rizos huelen a fresas". dijo Louis. Sonreí, sintiendo que el corazón me daba un vuelco.

Nos quedamos en la bañera intercambiando besos y mimos, en nuestra propia burbujita y luego dormimos juntos, acurrucados. Yo siendo el más pequeño, por supuesto. Los brazos de Louis me acunaron toda la noche, me sentí protegido como si nada malo pudiera pasar.

Así me siento siempre que estoy en sus brazos.

Louis llegó despacio, pero siempre con sus coqueteos y sus cantos no tan discretos -que entre tú y yo, no están tan mal- y salió tan bien porque anoche dormimos abrazados y ahora por la mañana me pierdo en sus detalles, deseando que el tiempo se detenga para que esta mañana dure para siempre.

Hay algo entre nosotros. No es difícil darse cuenta.

Mis ojos brillan cuando estoy con Louis, ese pequeño escalofrío en el estómago se ha convertido en rutina cuando él sonríe. Estar en su compañía es tan agradable que pierdo la noción del tiempo. Y esta sensación es totalmente diferente a lo que he sentido nunca.

Una parte de mí dice que voy demasiado rápido. Louis y yo nos conocemos desde hace poco tiempo. Pero la otra parte dice que estoy perdiendo el tiempo y que debería aventurarme a ver qué me espera. Sinceramente, voy a hacer lo que me dicte el corazón. Suena a cliché, y lo es, pero no quiero perder más tiempo. No cuando se trata de Louis y yo.

Y ese sentimiento se siente tan... correcto.

-- Buenos días, mon cheri. - Louis me susurra roncamente al oído. Siento que todos los pelos de mi cuerpo se erizan.

-- Buenos días, jugador - levanto los ojos y veo un inmenso mar azul frente a mí. El azul me recuerda a Louis. -- Tus ojos son aún más azules por la mañana.

-- Y los tuyos son aún más verdes. Me recuerdan a la primavera. - Sonríe y me da un largo beso.
-- ¿Qué tal si nos duchamos juntos por la mañana?

-- Estoy de acuerdo.

Salimos de la cama y la única prenda que llevamos puesta son unos calzoncillos, que nos quitamos rápidamente en cuanto Louis abre la ducha. Dejamos que el agua caliente recorra todo nuestro cuerpo y elimine cualquier rastro de sueño. Louis toma su acondicionador favorito y me lo pasa por los rizos, luego me lava con calma los muslos y los brazos, dejándome varios besos sencillos.

Me tomo mi tiempo para admirar cada parte del cuerpo pecaminoso de Louis; la piel húmeda, pintada con varios tatuajes, el abdomen definido y los brazos musculosos.

Realmente no me gustaba ver a los jugadores persiguiendo un balón - digo en pasado porque ahora es en lo único que puedo pensar.

Me acerco a Louis para darle un beso y él jadea, sorprendido, pero me lo devuelve rápidamente, metiéndome los labios entre los dientes y haciéndome gemir suavemente. Me lleva la mano al culo y aprieta la carne entre los dedos.

-- Sexo matutino, ¿eh? - Hace un gesto, con una sonrisa burlona y ladeada.

-- Siempre es mi favorito - susurro contra su boca y le muerdo ligeramente la barbilla. -- Cómeme.

Louis me da la vuelta, me separa las manos sobre el cristal de la ducha y, sin preparación alguna, me penetra con fuerza y profundidad, llevándome a un intenso placer.

-- Joder, joder. - Gimo suavemente, sintiendo cómo Louis me folla cada vez más fuerte.

-- ¿Quieres que sea suave, muñeca? - me pregunta, tirándome del pelo con fuerza para que apoye la cabeza en su hombro y mis ojos se encuentren con los suyos. Hay una pizca de sarcasmo. -- Seré amable, lo prometo.

Mi cuerpo responde a las palabras de Louis, siento que mi polla se endurece aún más y mi entrada parpadea varias veces deseando que la polla de Louis entre hasta el fondo.

-- No seas suave. - Es todo lo que consigo susurrar antes de que Louis apriete sus labios contra los míos en un beso desesperado y necesitado. Me besa, chupa, muerde y manosea los labios y yo gimo aún más. Es un lío de lenguas y saliva. Es una delicia.

Louis sigue golpeando mi punto más sensible, haciéndome gritar su nombre. Siento varias sensaciones por todas partes. Se detiene, gira las caderas y me penetra profundamente. Gimo y grito su nombre, retorciéndome de excitación. Gime con fuerza y penetra profundamente, una y otra vez, y yo me pierdo en las sensaciones, intentando absorber el placer.

Su boca encuentra mi cuello donde deja ligeros mordiscos haciéndome poner los ojos en blanco y gemir fuerte con la lujuria que sucumbe a cada parte de mi cuerpo.

-- Me vas a volver adicto a ti - dice Louis, gimiendo bajo y ronco en mi oído. -- Joder, quiero follarte hasta que todo lo que puedas decir sea mi nombre.

-- Por favor, hazlo. - le suplico con voz desesperada.

Louis me agarra de la cintura y se aparta de mí para agarrarme del cuello y volver a follarme con fuerza. Mis piernas se tambalean y pongo los ojos en blanco sintiendo cómo el orgasmo me golpea con fuerza. Gimo fuerte y me corro deliciosamente, sintiendo que mi cuerpo se debilita.

Louis se corre justo detrás de mí, llenándome con su blanco semen. Estamos hechos un lío, nuestros cuerpos sudados, nuestras respiraciones jadeantes y todo mi cuerpo temblando. Me gira hacia él y me besa en la frente. Un beso suave como una pluma, muy distinto del que me había dado hacía unos minutos.

-- Por eso el sexo matutino es mi favorito.

-- Ahora también es el mío. - Dice Louis sonriendo con picardía y me besa.

Terminamos la ducha y salimos envueltos en la toalla. Me siento en la cama mientras me pongo la camiseta de Louis y nada más. Huelo su perfume y sonrío.

-- Voy a prepararnos el desayuno. - anuncia Louis, terminando de secarse el pelo. -- ¿Te gustan las tostadas?

-- Y huevos revueltos - completo. -- Ah, y no te olvides del zumo de naranja, por favor.

Hago un mohín y él se acerca a mí, me agarra la cara y me besa.

-- Te prepararé el mejor desayuno y nos lo comeremos juntos en la cama, así ni siquiera tendrás que bajar a la cocina.

-- Estás sacado de una novela romántica cliché, Louis Tomlinson. - Digo, sonriendo.

-- Y tú ya estás caído por mí. - Bromea, dándome un beso y saliendo por la puerta.

-- ¡Convencido! - grito y le oigo reír.

Mientras Louis nos prepara el desayuno, aprovecho para mirar el móvil y abrir algunos mensajes de Mila:

"Ciel es genial, ¡ese niño es adorable! Pero ya me ha dicho que echa de menos a mamá".

"Espero que se esté divirtiendo. Quiero detalles, ¡ya sabes lo curiosa que soy!".

Mi atención se desvía hacia el móvil de Louis, que vibra un par de veces.

Dudo entre acercarme o tomar el teléfono para llevárselo, pero al final me levanto y voy hacia allí. Quizá sea algo importante de lo que Louis tenga que ocuparse.

El teléfono deja de sonar y en la pantalla solo brillan algunas notificaciones, una de ellas dice:

"Hola amor. ¿Podemos vernos mañana por la noche? Te echo de menos a ti y a tus besos. Alicia".

like it's a game - larry (traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora