Elizabeth Salazar es una chica con un solo objetivo: su trabajo. Pasa de estar en la industria farmacéutica a la venta de drogas. Ambos negocios familiares.
Hasta que una venta ilícita sale mal con el "comprador estrella" que la llevará a tomar much...
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Elizabeth Salazar's POV
Después de la fiesta regresamos a la casa literal muertas, terminamos divirtiéndonos más de lo que me pude haber imaginado, sobre todo cuando Amanda puso Reggaeton y les enseñó a bailar a todos en forma de perreo.
Los días pasaron con Hailee y mi vida fue cambiando cada vez más, ahora yo me sentía alguien famoso que aparecía en redes cada que salía a comer o algún lado con mi novia. No me gustaba pero aprendí a tolerarlo.
Hailee tuvo que aparecer en un evento de Vanity Fair donde nuevamente usó un vestido negro transparente dejando ver su ropa interior. Yo no sé qué intenciones tiene su representante para que la vista de esa manera, solo solicité que esta vez usara todo el rato la gabardina negra pero las fotos no se hicieron esperar.
La acompañé como su pareja que soy, aunque no tardó en hacerme una escena de mini celos cuando me vió saludando a Billie Eilish muy efusivamente y es que como no emocionarme con esa mujercita si me la pasaba escuchando sus canciones en el Camaro y que me disculpe Hailee si para ella es algo normal topársela pero yo aún sigo siendo fan de Billie.
Pero esta vez no me quedé con las ganas y llegandito a la casa me la cogí salvajemente con el arnés demostrándole que solo le pertenecía a ella y con mi ira acumulada por las miradas que le daban fue todo un maratón de sexo.
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–¡Hailee! –grito para que me escuche–, ¡Hailee ven!
La llamo repetidas veces para que venga a la sala.
Es 24 de diciembre y llevo adornando el arbolito de Navidad un par de horas porque con tan ocupadas que estuvimos estos días lo dejamos para lo último. Preferí hacerlo sola porque quiero que los colores estén bien distribuídos y lleven un orden las esferas, capaz se lo dejaba a Amanda o Hailee y terminan haciendo un revoltijo.
Termino mi tarea pero solo falta la estrella y esa quiero que la ponga mi novia.
–¡Voooy! –suena su voz a lo lejos, si mi oído no me falla viene bajando las escaleras.
