Capitulo 88. Medidas extremas

604 60 133
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hailee Steinfeld's POV

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hailee Steinfeld's POV

No muy convencida decidí ir a la oficina, no tengo nada que perder, bueno más bien, ya no tengo nada más que perder, así que al menos haré lo posible por recuperar a mi esposa.

Cuando me animo a entrar con un poco de la pasta que preparó Amanda, me detiene el escuchar que Elizabeth está en una acalorada conversación.

–¡Me viene valiendo mierda que cirujano sea! –medio abro la puerta para verla con el rabillo del ojo, veo que está al teléfono–. ¡No me importa un carajo si cobra una fortuna! Pero quiero que le corten la maldita pierna.

Carajo carajo carajo ¿se referirá a Tyler? Desde ese día no he sabido nada más que lo tienen encerrado.

–Si... que se la curen bien para que no se infecte... umju... dale de comer, que se alimente el perro... me avisas Sebastian, cuando se despierte –habla con furia–, quiero estar presente –queda en silencio escuchando en la línea–. ¡Pues encuéntrenla!¡Esa estúpida debe de andar escondida por ahí! –se toma de la frente como si le doliera la cabeza–. No estoy de humor para tus chistecitos... te llamo más tarde.

Un escalofrío recorre mi espalda ¿a que mierda se está refiriendo?

–¡MIERDA! –sobresalto cuando escucho que avienta el vaso de whiskey que tenía en mano contra la pared, haciéndolo trizas.

En qué líos estás metida mi amor.

Vuelve a su papeleo y esa es mi señal para entrar.

–Hola –hablo ignorando el hecho que no escuché nada–. Te traje algo amor –dejo la bandeja en su escritorio–, una manzana no es suficiente para cenar. Has trabajado mucho y necesitas comer bien.

Elizabeth me queda viendo extrañada mientras está sentada en su silla detrás del escritorio.

–Gracias... déjalo ahí –vuelve su vista al papeleo.

No, no me vas a ignorar.

–Te notas algo tensa cariño –camino rodeando el escritorio mientras paso el dedo índice sobre él para provocarla–, ¿no quieres que te de un masaje?

Una melodía al corazón - con Hailee SteinfeldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora