Capítulo 90. Hasta el día que muera

501 58 147
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Elizabeth Salazar's POV

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Elizabeth Salazar's POV

Apago el motor de mi auto llegando a mi destino. Está amaneciendo, la brisa sopla aire fresco, puedo respirar el rocío de las plantas.

Pero al entrar a la bodega de tortura, el aire es más sombrío, la luz escasa y el olor nauseabundo.

–Tyler no ha querido comer –me informa el guardia antes de entrar–. Se lo damos a la fuerza pero lo termina vomitando.

Ciertamente todo lo que ha comido ha sido en contra de su voluntad, a punta de golpes para que lo coma pero al parecer está llegando a su límite.

–Ok gracias –se me ocurre algo más– prepara el baño.

Me quito mi gabardina para que la guarde, no quiero ensuciarla.

–Sí señora –confirma y se va.

Entro al cuarto de Tyler y el olor es mil veces peor.

–No solo te ves, también hueles a mierda –digo al verlo.

Está en una esquina azorrado, en posición fetal abrazando sus piernas... bueno, en realidad solo una.

–¿Ahora qué quieres? –pregunta sin ganas.

Me acerco poco a poco y sin tocar nada, todo se ve sucio y me da asco.

–Vine a ver a mi persona menos favorita –me agacho para ponerme a su altura–, me dijeron que no has comido. ¿Acaso te sientes mal?

–No seas hipócrita Elizabeth –voltea a verme con desprecio–. Prefiero morir de hambre que seguir comiendo mi propio cuerpo.

–Pero tienes que alimentarte, de tanto que te ejercitaste debes estar rico en proteínas.

–Estás enferma, estás loca.

–Si, lo estoy. Pero te tengo noticias –me levanto–, hoy acabaré con tu tortura –arremango mi camisa a la altura de mis codos.

Tyler cambia su expresión a uno de asombro, incluso pude ver un poco de brillo en sus ojos.

Una melodía al corazón - con Hailee SteinfeldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora