Elizabeth Salazar es una chica con un solo objetivo: su trabajo. Pasa de estar en la industria farmacéutica a la venta de drogas. Ambos negocios familiares.
Hasta que una venta ilícita sale mal con el "comprador estrella" que la llevará a tomar much...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hailee Steinfeld's POV
–"Dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida, quien cree en mí, aunque haya muerto vivirá; y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá para siempre" Juan 11:25 y 26 –recita el sacerdote frente a la tumba de Elizabeth.
Pasaron por lo menos 3 días desde que declararon a Elizabeth fallecida, o quizás fue más tiempo, no estoy segura porque me la he pasado llorando en nuestra habitación, oliendo toda su ropa antes de que desaparezca su aroma, sus perfumes... nuestra cama.
Odiaba sentirme así, sola, sin compañia, a pesar que Amanda ha intentado hablar conmigo, mis amigas han tratado de darme apoyo, incluso Griffin ha querido que por lo menos respire aire fresco, pero nada me hace salir del lugar donde teníamos nuestro nido de amor, solo su funeral.
Y aquí es donde ando, vestida de negro, viendo como tiran tierra en su tumba mientras el sacerdote continúa hablando cosas de Elizabeth. Está presente Amanda quien no ha dejado de llorar mientras es abrazada por su novia.
Lo que daría por estar en los brazos de Lizzy.
También están mis amigas, Anthony y Arthur, mi familia y la de Elizabeth, así es, tanto la Montalvo como la Salazar están presentes y algunas personas que desconozco.
En el funeral de William y don Alejandro estuvo presente la familia Montalvo, pero la Salazar, es la primera vez que la veo aquí.
–Elizabeth fue alguien leal, hizo lo posible por ser una gran esposa –continúa hablando el sacerdote–. Alguien que a pesar de todas las adversidades lograba salir adelante... pero su tiempo en este mundo acabó –empiezo a llorar en silencio–. Sabemos que ahora estás es un lugar maravilloso y que eres feliz; te damos las gracias por todo lo que nos enseñaste y por haber dado lo mejor de ti –ayy mi amor, hasta en el último momento me protegiste–. Aunque físicamente ya no estás con nosotros, siempre estarás en nuestra mente y en nuestro corazón.
A pesar de que pasamos muchas cosas juntas, siento que el tiempo no fue suficiente. Quisiera tener más recuerdos, más fotos, más momentos con ella.
Termina las palabras el sacerdote y es hora de irme.
