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Los rayos del sol iluminaban en su mayor resplandor y el bullicio de la gente inundaban el planeta Vegita

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Los rayos del sol iluminaban en su mayor resplandor y el bullicio de la gente inundaban el planeta Vegita.

Todos los pueblerinos estaban completamente emocionados por el nacimiento del primogénito del Rey Vegeta y la Reina Echallote y claro ese día sería la presentación del pequeño príncipe.

Los trabajadores de los reyes estaban de un lado a otro como locos, ya que se tenía la costumbre de que después de presentar a los príncipes, se hacía una pequeña fiesta y así podían ver al pequeño más de cerca, recibiendo halagos y obsequios por la llegada de su futuro rey.

El matrimonio Ouji se encontraba en su alcoba, junto con el bebé, quién reía encantado en los brazos de su madre.

—¿Mujer, ya están listos?—pregunto el rey acercándose a su esposa y viendo al pequeño

—Claro que si, Vegeta luce precioso, ¿Crees que tú hermano asista?—el rey soltó un suspiró

—Bardock es algo complicado, pero tiene que hacerlo son las reglas y debe seguirlas al pie de la letra.

Echallote se puso de pie y se acercó amorosamente a su esposo para darle un beso en los labios.

—Deberían de llevársela mejor, después de todo Bardock y tú se tienen el uno al otro y pensé que se unirían más después de lo que pasó con tus padres.

—Es imposible yo...—la reina colocó su dedo índice en los labios del rey para silenciarlo

—Promete que harás el intento, Vegeta merece crecer en un lindo ambiente familiar que tenga a su padre y a su tío para que lo lleven a conocer todo el reino, ¿no querrás pasar por la curiosidad de un niño preguntándote porque te la llevas mal con tu hermano o si? Cuando tú has hecho mucho incapié de que los saiyajines y la familia estemos unidos a pesar de todo.

Vegeta observa en silencio a su hijo, el cuál juega con el collar de esmeraldas de su madre. Sonríe con orgullo su hijo es una copia idéntica de él, lo único que sacó de su madre fue el pelo negro, se encargaría de entrenarlo y educarlo para que sea un buen rey, igual o mejor que el.

Dirigió una de sus manos enguantadas hacía la cabecita de su crío y la acarició suavemente, captando la atención del pequeño, quién dejó de lado el collar y extendió sus manitas hacía su padre. Encantado lo tomó en brazos y miró a la mujer que amaba con intensidad.

—Tú siempre tan cursi, pero está bien mujer, lo haré y sólo por nuestro hijo, quiero dejarle un buen legado, para que en el momento de que sea un rey, sea uno ejemplar.

La reina besó complacida a su esposo con cuidado de no aplastar al niño. Uno de los sirvientes entró a la habitación y les dió aviso a los reyes que era de comenzar con la ceremonia. Ambos con una sonrisa fueron hacia al balcón real y la presentación fue hecha, todos se inclinaron hacía el futuro rey y se mostraban complacidos ante el pequeño y la fiesta fue mejor de lo que pensaban recibieron miles de obsequios por parte de los ciudadanos y hubo un buen ambiente.

Hasta que el rey notó que cierta persona no asistió a la presentación, ni a la fiesta.

Hasta que el rey notó que cierta persona no asistió a la presentación, ni a la fiesta

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Reino Caído. || V.B ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora