Reino Caído. || V.B ||

👑０４.

Habían pasado exactamente cinco años desde la charla entre hermanos y tal como lo dijo Echallote, las cosas entre ellos mejoraron, Bardock convivía más con la familia y sobre todo con el pequeño heredero.

Quién cada día se parecía más a su padre, había comenzado a entrenar desde que empezó a caminar y como se esperaba, no decepcionó a su padre, tenía un poder más alto incluso más que cuando el era un crío.

Lo mismo pasaba con la pequeña Brief, cuando el rey la conoció quedó encantado con el poder y la belleza de la misma, supo de inmediato que sería buena esposa para su hijo, pero todavía había tiempo para avisarles sobre su compromiso, a ambos padres de los infantes les ponía contentos que sus hijos fueran mejores amigos, eso facilitaba aún más su unión.

Recién estaba amaneciendo y el príncipe estaba más que contento, nunca era de levantarse tan temprano, pero ese día lo ameritaba su padre le habría prometido que lo llevaría a conocer el reino, con todo el entusiasmo del mundo, salió de su habitación y corrió a la de sus padres, entró sin tocar y comenzó a brincar en la cama de sus padres para despertarlos.

—Papá, papá, papá...

—Tú hijo está despierto—murmuro con una sonrisa Echallote y aún con los ojos cerrados

—En la madrugada es tu hijo—respondio el rey de la misma manera, mientras el pequeño seguía llamando a su padre

El niño había comenzado a desesperarse, comenzó a moverlo y jalarlo, pero en una de esas uso tanta fuerza que el salió disparado hacía el piso, pero no le importo, su padre le había prometido algo. Así que uso un poco más de fuerza para darle un golpe en el brazo, haciendo despertar de golpe al rey y mirar con seriedad a su hijo.

—Lo prometiste papá—no se dejó intimidar con la mirada que le lanzó su padre

El chiquillo podía ser muy terco, nadie le podía quitar las ideas de la cabeza, cambio su cara por una leve sonrisa, estaba tan contento de que su hijo fuera igual a el.

—Está bien mocoso, ya voy, ya voy—le murmuró sacándole un grito de emoción a su hijo para correr hacía la puerta y este bostezaba, mientras se estiraba

Los tres ya estaban en la entrada del castillo, Echallote se acercó y le di un beso en los labios a su esposo y se agachó a la altura de su hijo, para abrazarlo y llenarlo de besos en el rostro.

—Mamá, ya basta, es incómodo—le reprocha bastante sonrojado el pequeño a su madre, ambos padres se ríen

—Eres mi hijo y por más saiyajin que seas, un poco de amor por parte de tu madre no te vendrá mal—se puso de pie y les sonrió a ambos—Suerte, no se les olvide regresar para la hora del almuerzo.

Ambos saiyajines asintieron. Vegeta se colocó a lado de su padre y emprendieron vuelo hacia la montaña dónde se podía apreciar todo el reino en su mayor resplandor. La ojiverde los miró con una sonrisa hasta que los perdió de vista, para después entrar al castillo y comenzar sus obligaciones como reina.