La hermandad es un lazo que jamás se puede romper o al menos eso era lo que pensaban el rey Vegeta y su hermano Bardock, cuando el primero tomó el trono, su relación cambio y para mal.
¿Serías capaz de asesinar a tu hermano para tomar el trono y en...
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En el momento que habían llegado a los aposentos, Vegeta no podía parar de besar y tocar el cuerpo de su mujer, el ya quería irse de la fiesta justo por eso, su compañera se veía sumamente preciosa y sexy con su vestido de novia, lástima que se lo tendría que quitar.
-Vegeta, ¿Qué haces?-pregunto Bulma entre risas
-¿No es obvio? Desde que te vi entrar al palacio, mis ganas de abalazarme sobre ti eran enormes, no me quites ese privilegio ahora, mujer.
Bulma lo tomó de las mejillas con ambos manos y estampó sus labios sobre el en un apasionado y hambriento beso. Bajo sus manos hacía su pecho y trato de quitarle la armadura, pero Vegeta fue más rápido y se la quitó con brusquedad, para después romper por la mitad el vestido, dejando ver ese par de tetas grandes y deliciosas, cubiertas por un sujetador de encaje blanco.
-Oyeme Vegeta, no seas un bruto, el vestido...-el la calló con un beso
-Ya no lo usarás y si te soy sincero, te ves mejor sin una prenda que cubra tu cuerpo.
Antes de que ella reprochará nuevamente la cargo, provocando que el vestido se cayera al suelo, dejándola totalmente expuesta ante sus ojos, el se relamio los labios, con prisa se quitó toda la ropa. Acostó con suma delicadeza a Bulma en la cama, se colocó encima de ella, para bajar sus besos hacía su cuello, se quedó ahí unos segundos oliendo esa deliciosa fragancia tan natural en ella que lo volvía loco.
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La cama rechinaba con cada salvaje embestida que le proporcionaba Vegeta a Bulma, habían mandando a hacer una más resistente ya que en la mayoría de sus encuentros, llegaban a partirlas a la mitad.
Ambos estaban de rodillas mirando hacia la pared, el rey detrás de su reina, mientras metía su palpitante miembro por su entrada anal, su cola hacía estragos en la vagina de su compañera. La fémina estaba cegada de placer, brincaba cómo una desesperada, mientras la cola de mono de su amado salía y entraba de su interior, mientras que la de ella, se enredó en el cuello del saiyajin apretandola con algo de fuerza, poniendo más cachondo a Vegeta, quién la embestia con rudeza.
El la sujetaba con una mano de su cuello, mientras que la otra la tenía colocada en su cintura, para ayudarla con el vaivén.
-Demonios...
-¿Te gusta así?
-Sí, más fuerte, por favor.
-¿Más fuerte qué, reina de Ouji?-acercó su boca a su oído, estremeciendo por completo el cuerpo de la fémina
-Se escuchó lindo, pero...-se separó de el y gateó un poco hasta llegar a la cabecera de la cama y apoyar una de sus manos para sostenerse y la otra la llevó a sus labios hinchados y algo rojos por la fricción, los abrió dejando ver más allá sacándole un jadeó a Vegeta, al tiempo que giraba un poco su cabeza y lo miraba con inocencia y malicia a la vez-Cojeme más fuerte, lléname toda mi Lord.
El sonrió de lado y no se lo tuvo que pedir dos veces, estaba a sus pies y le cumpliría cualquier cosa a su reina sin cuestionarselo.
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