La hermandad es un lazo que jamás se puede romper o al menos eso era lo que pensaban el rey Vegeta y su hermano Bardock, cuando el primero tomó el trono, su relación cambio y para mal.
¿Serías capaz de asesinar a tu hermano para tomar el trono y en...
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—Bardock, se puede saber por qué no asististe a la presentación de mi hijo?—lo encontró sentado de espaldas en el jardín real, este al escuchar a su hermano rodó los ojos con fastidio
—Oh, cuánto lo siento hermano, pero me levanté algo tarde, cuando me di cuenta ya había terminado todo, sólo pude presenciar que tú hijo recibió muchos obsequios y los saiyajines quedaron satisfechos con el—el moreno se levantó y encaro a su hermano el cuál tenía un semblante molesto
—¿Crees que me tragare ese cuento? Uno de mis sirvientes me informó que se te aviso de la presentación y que tú lo ignoraste, cómo mi hermano debiste de estar en primera fila.
—Yo estuve en primera fila hasta que llegó ese mocoso—dijo con molestia
—Ese mocoso es mi hijo y tú futuro rey.
—Oh, ensayare mi reverencia—dice con burla para darle la espalda a su hermano y comenzar a caminar
—¡No me des la espalda a mi, Bardock!
El menor se detuvo y miro de reojo a su hermano.
—Oh no hermano, será mejor que tú no me des la espalda a mi.
El rey bastante enojado corre hasta posicionarse frente a su hermano.
—¿Es un reto, Bardock?
—Calma, calma jamás me atrevería a retarte. En la inteligencia yo tengo la parte del saiyajin, pero sin embargo en la fuerza bruta, creo que no recibí buena herencia, hermano—se victimiza y nuevamente camina para alejarse de Vegeta y perderse entre la gente
El rey suelta un suspiro y siente la presencia de alguien a sus espaldas.
—Ay, ¿Qué voy a hacer con el?—una mano se entrelaza entre la suya
—Deberías de ser más paciente con el cariño, aún le falta procesar que el no será el rey, pero ya vez como es esto, siempre le toca la corona al primogénito y se complica más porque ya tuvimos a nuestro hijo, pronto las cosas cambiarán para mejor, ahora ven, vamos a cenar la comida se enfriará.
Echallote soltó la mano de su esposo y comenzó a caminar en dirección hacía el castillo, mientras el rey aún miraba hacía la dirección donde se había ido su hermano, decidió seguir el consejo de su esposa y después entrar para cenar un delicioso banquete.
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