treinta y tres.

1.8K 221 94
                                    

Nota importante: después de pensarlo mucho y recibir muchos comentarios de gente pidiendo que actualice (la mayoría NO votan ni comentan) y el poco apoyo en cada capítulo, voy a pedir límites de votos y comentarios para seguir. así que para otro capítulo: +90 votos y +40 comentarios 🤍

 así que para otro capítulo:  +90 votos y +40 comentarios 🤍

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

OLIVIA
23 de Octubre de 2022

Circuito de las Americas, Estados Unidos

Cuando acepté presentar y hacer las entrevistas en la Fórmula Uno, creí que lo más difícil e incómodo sería encontrarme con Charles... pero me había equivocado porque lo difícil era estar trabajando y tener a más de veinte fotógrafos apuntando sus cámaras hacía mi y tenerlos pendientes a cada cosa que yo hacía adentro del paddock.

Era horrible.

Apenas me bajaba del auto, me seguían los fotógrafos como nos seguían a Charles y a mi cuando llevábamos juntos a algún circuito. Era un entretenimiento de la gente, en especial de los medios, que usaban eso como contenido y evidencia de cosas que no pasaban en realidad.

Solo veía a Charles para las entrevistas, pero para ellos, habían chances de que llegáramos y dejáramos el circuito juntos. Incluso habían inventado que Paulo y yo estábamos en crisis y usaban nuestra falta de publicaciones en las redes sociales como «pruebas», lo que me parecía una boludez, más que nada porque apenas me fui del circuito de Monza, me fui directamente a Roma para poder pasar más tiempo con Paulo.

Afortunadamente, ese fin de semana era el último en el que tenía que estar presentando la F1, aunque eso no quitaba lo estresante y agobiante que era tener cámaras sobre mi durante todo mi horario laboral.

Me encontraba saliendo del salón en el cuál se hacían las conferencias de prensa, después de entrevistar a George Russell, Pierre Gasly y a Alex Albon, cuando sentí cada maldito click que hacían las cámaras. Los ignoré y caminé por el medio del paddock, pidiendo permiso y esquivando gente haya poder llegar a algún lugar mas desocupado, hasta ye encontré uno; la hospitalidad de Red Bull.

Por suerte, Max estaba afuera y mirando todo con el ceño fruncido. Él era el que más entendía y sabía sobre esos problemas que estaba padeciendo y al igual que yo, le molestaba tener cámaras en su rostro todo el tiempo, y además, me había escuchado quejarme y maldecirlos por lo bajo.

Eso nos había hecho unir y logró que nuestra reciente amistad se afianzara y después de tener una crisis existencial en la que los puteaba en español toda enloquecida, Max me metió a su hospitalidad, me ofreció una botella de agua fresca y me ofreció ese lugar como un lugar libre de periodistas y fotógrafos insoportables.

Era irónico que me metiera ahí adentro por ser periodista también, pero él argumentó que yo no entraba en esa sección porque yo me enfocaba en el deporte y no en lo mediático como los demás. Se lo dejé pasar y luego, cada vez que tenía que ocultarme lo hacía ahí.

OVERDRIVE ─ charles leclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora