veinticinco.

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OLIVIA
12 de Octubre de 2020

Montecarlo, Monaco

—¿Cómo te sentís después de esta derrota, crees que volverás más fuerte para el próximo torneo, el cuál es, de alguna manera, más importante?—pregunté, usando mi celular como un micrófono improvisado.

—No perdí, Olivia—me contestó Alexander, mirando hacía abajo porque bueno, es mucho más alto que yo.

Lo miré con una ceja enarcada y solté un bufido, escuchando la risa de Andrey Rublev, quién estaba también en el complejo.

—¡Que aburrido sos!—me quejé, escuchando que Alexander soltaba una risa y apoyaba su mano en mi hombro.

—¡Perdón!—se disculpo—a ver, vuelve a repetir la pregunta.

—Alexander...

—Podes llamarme Alex, o Sascha—me interrumpió.

—Sascha, ¿crees que después de esta derrota volverás más fuerte para el próximo torneo?—le pregunté.

—Si, definitivamente—contestó él con seriedad—mi objetivo era ganar, pero bueno, esto suele pasar y es algo que viene con el deporte mismo. Ahora solo queda seguir trabajando para los partidos que vienen.

—Gracias—le dije, escuchando que Andrey volvía a reírse.

—Entrevista a Andrey también—me dijo Alex, apuntando al otro tenista, que miraba la situación con diversión.

—A ver... Andrey, esta fue una derrota muy dura, ¿cuál crees que fue la razón?—pregunté.

—Bueno, yo creo que Alex al tener muchas horas más de entrenamiento y más partidos jugados tiene un gran ritmo y una constancia que yo no, pero trabajaré y me esforzaré al máximo para obtener un mejor resultado el partido que viene—respondió de manera profesional. Sonreí y guardé mi celular, caminando junto a ellos hacía la salida.

Andrey se quedó atrás, por lo que yo salí junto a Alexander, riéndome porque bromeaba con que había ganado y había superado a Francisco el ranking, cosa que era la mayor pesadilla de mi ex.

Y se había hecho realidad.

—Bueno, no nos riamos más de tu ex, que vino tu novio a buscarte—dijo Alexander, mirando hacía adelante, donde Charles había estacionado su auto, que no era muy discreto que digamos.

Después de que salieran a la luz y al Mundo las fotos de nosotros en el evento de Ferrari, ninguno de los dos seguía escondiendo que estábamos saliendo. Llegábamos a todos lados juntos, yo ya le comentaba sus publicaciones en su cuenta pública y demás. Pero... Charles era el que mostraba y contaba más.

—¿No se va a bajar?—preguntó el Alemán.

—Se ve que no—le dije, encogiéndome de hombros—te dejo, chau.

—Adiós Kathrin—me saludó, dejando su mano en mi hombro para agacharse y dejar un beso en mi mejilla. Lo saludé con la mano a Andrey, quién estaba atrás, y caminé hacia el auto de Charles, para abrir la puerta e ingresar. Cuando dejé mi bolso adentro, cerré la puerta y me giré a verlo.

—No me abriste la puerta—le dije. Él levantó sus cejas y sonrió.

—Hola, yo estoy bien. Si tuve un buen día, ¿como te fue?—dijo él irónicamente, para luego acercarse a mi y dejar un beso en mis labios.

—Hola, Charlie—le dije, sonriendo.

—Hola, Kathrin—respondió sarcástico, a lo que yo puse mis ojos en blanco—no te abrí la puerta porque estabas hablando con él.

OVERDRIVE ─ charles leclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora