OLIVIA
10 de Junio de 2022
Turín, Italia
No era ninguna sorpresa que no extrañara para nada a la ciudad de Turín. Para mi, representaba una etapa en mi vida que ya había cerrado y solo volvía para pasar tiempo con Paulo y ver los partidos de la Juventus como local, aunque eso era algo que también había terminado cuando él finalmente jugó su último partido en Mayo.
Fue un día muy emotivo para él y creo que yo no caí de lo que estaba pasando hasta que a los 77' tuvo que salir, dejando la cinta de capitán con todo un estadio ovacionándolo y demostrándole el cariño que le tenían. Salió entre lágrimas, siendo abrazado y acompañado por algunos de sus compañeros, con los hinchas aplaudiendo y ovacionándolo, y yo estuve ahí en el palco, sintiendo que el pecho se me inflaba de orgullo y a la vez, de angustia por verlo tener que irse así.
No era el final que esperábamos, y hablaba en plural porque... desde que acepté tener una relación con él y empezar de nuevo, todo era así, en plural, en dúo y estaba muy cómoda con eso.
Él me integraba en todo, me daba mi espacio, me respetaba y me apoyaba siempre en todo. Entendía mi trabajo, mis decisiones y cada vez que podía y tenía días libres viajaba para verme a dónde estuviera, o se quedaba conmigo unos días en Mónaco, donde yo seguía viviendo.
El ya me había visitado todas las veces anteriores, así que esa vez me tocaba a mí, así que estaba en Turín, en lo que sería una de las últimas veces porque su carrera lo llevaría a otro club y por ende, a otra ciudad.
Estaba segura de que él ya había tomado la decisión y había elegido un club porque había tenido muchas reuniones para discutirlo, así como estaba segura de que cuando estuviera listo, simplemente me lo contaría.
Acaricié a su perra, Kaia, cuando se acercó a mi moviendo la cola, y le di un snack para perros, para luego sacar el dulce de leche de la heladera y dejarlo arriba de la mesa, junto a los panqueques que ya había preparado, porque desde que estaba de viaje, estaba antojada y moría por comer unos panqueques con dulce de leche y arándanos.
Me senté en una silla y comencé a untar el dulce de leche sobre el panqueque y unos minutos más tarde, la puerta se abrió y de ella entró Paulo, recién bañado y cambiado con ropa limpia. Se acercó a mi y dejó un beso en mis labios, acariciando a Kaia y hablándole. Sonreí ante la escena, y seguí con lo mío, sintiendo como el caminaba de un lado a otro y buscaba cosas en los muebles de su casa.
Paulo se preparó un batido y se apoyó en la mesa, así que giré mi cabeza, encontrándome con su mirada. Frunció su ceño, mirándome a mi y luego a mi plato y así sucesivamente hasta que se detuvo en mi y me dedicó una sonrisa.
—¿Vos te preparaste eso, amor?—me preguntó. Sentí un cosquilleo recorrerme cuando me llamó así y sonreí como una boba, ocultándolo un poco al mirar mi plato y asentir.
—Si, estaba antojada desde hace como dos semanas, pero no conseguía dulce de leche—respondí—en Mónaco ya no me queda, tengo que pedir.
Paulo levantó sus cejas y apretó sus labios.
—¿Estabas antojada?—repitió. Asentí con mi cabeza e hizo una mueca, sonriendo de lado—uh, ¿tendremos que buscarle nombre al panqueque con dulce de leche y... arándanos?
Puse mis ojos en blanco y lo miré mal, causando que él soltara una risa y se acercara a mi, dejando un beso en mi mejilla, para luego sentarse frente a mi, al otro lado de la mesa.
—No me mires así, era una jodita—me dijo, mirándome atentamente, mientras yo dejaba los arándanos sobre el panqueque y luego lo llevaba a mi boca para darle un mordisco. Estuvo así unos minutos, en los que noté que algo lo estaba inquietando.
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OVERDRIVE ─ charles leclerc
FanfictionDonde los caminos de Charles y Olivia se encuentran durante la estadía de la chica en Mónaco, por lo que comienza a formarse una evidente conexión entre ellos con la que luego tendrán que lidiar. 🏎﹕OVERDRIVE ─ 🎲 ໑ ݁ ۫ 🏁 a charles lec...