Capitulo 11

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El traje que antes le impresionó tanto ahora le parece molesto.
Intentó desgarrar la camisa, pero solo consiguió sentir la risa del psiquiatra retumbar en sus manos.
Hannibal hizo ver muy fácil cuando destrozó su camisa nueva.

Con un gruñido de advertencia Will empuja al mayor provocando que se recueste en el vino derramado en el momento que ambos cayeron del sillón después de algunos acalorados minutos.

Hannibal sigue cada uno de sus movimientos con atención, la torpeza de sus caricias y los territoriales besos que deja en su pecho mientras baja para desabrochar su cremallera.

Contiene la respiración en el momento que Will lo desnuda por completo.
Ahí, bajo su merced, Hannibal permite que el agente lo detalle, como si se tratase de una obra de arte… o una escena del crimen.

-Will, por favor continúa…-

Jadea, atrayendo al menor para volver a unir sus labios.

Reconoce que no es el mejor escenario para su primer encuentro, pero en ese momento solo desea a Will. Cada rincón de su cuerpo le pide ser sometido por aquel omega quien en este momento acaricia su abdomen hasta llegar a una zona más peligrosa.

-Hmm...-

Nunca antes se había sentido tan excitado. Los suaves quejidos de Hannibal retumban en su cabeza como una melodía, el pulcro hombre que todo el mundo idólatra yace tendido bajo él esperando a ser tomado. Pero no sé lo dejará tan fácil.

-Para ser psiquiatra eres muy impaciente, Dr.Lecter-

Antes de obtener una respuesta sujeta su miembro comenzando a frotarlo con el propio.
El líquido preseminal ayuda a que resbale con facilidad, disfrutando del juego previo y la desesperación que eso implica para Hannibal.

-¿Estás seguro de ésto? Tal vez no sea tan bueno como lo imaginas...-

Susurra en su oído al inclinarse sobre él, un pequeño espasmo del mayor le indica la sensibilidad de su parte baja, de manera que aprieta un poco más el agarre, paseando dubitativamente uno de sus dedos por la palpitante entrada provocando otro estremecimiento en su compañero.

-No estoy de acuerdo-

Habla con cierto esfuerzo, antes de bajar las manos que jugueteaban con el cabello del menor para sujetar sus hombros y girando cambiar de posición.

-Pero podría guiarte está vez si lo deseas-

Posando una de sus manos en el amoldado pecho de Will en busca de equilibrio usa la otra para preparar su entrada, sin ser realmente necesario por el grado de excitación en que se encuentra.

Le falta el aliento al presenciar la fuerza y agilidad del mayor, quién después de unos segundos une su mano goteante al agarre en sus pollas, enfocándose en la ajena para lubricar por completo.
Da un metódico masaje, pasando sus manos desde la punta hasta los testículos, estimulándo lo suficiente con la intención de llegar a su máximo potencial.

-Disculpa mi atrevimiento Will, pero no puedo esperar un momento más-

Apenas termina la frase mejora la postura para poder introducir el palpitante miembro dentro de sí.
Ambos disfrutan de la sensación, la apretada abertura hace que Will libere un gemido, Hannibal no se queda atrás y atrayendo las manos del agente a su cadera le permite ayudarle a subir y bajar con cierta delicadeza, buscando el punto exacto de placer que se profundiza con la posición.

Uno no decide de quién se enamora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora