Capitulo 10

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Ahora lo recuerda.
El aroma a gardenias no es algo común o que pueda pasar desapercibido.
La única vez que Hannibal llegó tarde al hospital llevaba la misma esencia impregnada en la ropa por más que lo intentó disimular con el propio.

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-¿Día ocupado?-
 


A pesar de que entrara a la habitación con su ritmo habitual sabe por el movimiento de sus manos al acomodar la mesa que se encuentra agitado, posiblemente por la tardanza. No es común en él llegar casi una hora después de que inicie el horario de visita.

-Lamento la demora, mi sesión se extendió más de lo planeado-

Frunce el ceño al ver que las enfermeras ya habían llevado una charola con comida de hospital para Will. El solo imaginar su sabor y consistencia le genera un escalofrío por todo el cuerpo.

-Agradezco que me esperaras antes de consumir este poco apetecible menú-

-Tú lo has dicho. Ojalá que mi paciencia sea bien recompensada -

Con el paso de los días ambos hombres han bajado un poco la guardia, agregando humor y confidencialidad a sus conversaciones.

-Pero espera... ¿Los psiquiatras tienen su propio psiquiatra?-

-Es beneficioso tanto para ellos como para sus pacientes-

Trata de no sentirse molesto por el poco tiempo que tienen para comer, sirviendo una infusión, a falta de vino, en sus respectivos vasos.

-Pero mis sesiones son más como una charla de colegas-

-No suena muy ético-

Sentado frente al mayor es el momento en que percibe la esencia diferente en su ropa. Tal parece su "psiquiatra" es alguien muy territorial con los pacientes.
Sujetando el tenedor apuñala con fuerza uno de los trozos de carne que Hannibal sirvió en su plato.
De alguna manera su pecho se siente incómodo ante este pequeño descubrimiento.

-Gracias por la comida…-

[]

-¿Esto se puede considerar como falta a la confidencialidad del paciente? -

Sin inmutarse, se incorpora del pequeño sillón para estar frente a ella. Luce un elegante vestido verde esmeralda, que junto a los tacones resalta la majestuosidad de una Alfa dominante.

-No si lo hablado fue en un ámbito más personal-

Curiosa al ver por cuenta propia el carácter que cautivó a Hannibal decide jugar un poco, acercándose lo suficiente para que el omega tenga que levantar el rostro si quiere verla.

-Mi nombre es Bedelia Du Maurier. He oído tanto de usted que siento casi conocerle-

-No es así-

Mantiene la postura sin alterarse a pesar de ser rodeado por el aroma a gardenias en un acto inconsciente de querer ejercer sumisión.
El instinto de Will desea contraatacar, no obstante sabe que aún no se encuentra del todo recuperado y aunque estuviera en su mejor condición sus feromonas solo serían una burla para ella.

-No, es cierto.-

Tiene sentimientos encontrados al ver que el agente no se rinde, de manera que decide ocultar su esencia antes de llamar la atención. Las voces del pasillo han comenzado a apagarse.

Uno no decide de quién se enamora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora