Capitulo 26

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-Señor Graham, un placer conocerlo-

La voz áspera se acerca desde un extremo provocando el sobresalto del Alfa. Se ha adaptado paulatinamente a la vida en Italia, si bien aún no domina el idioma, sabe lo suficiente para salir a realizar las compras domésticas.

-Soy el Inspector jefe Rinaldo Pazzi. Jefatura de Florencia-

Al ver la poca respuesta el hombre decide volver a hablar, otorgándo un apenas perceptible toque en su hombro.
Will deposita las aceitunas en la canasta antes de exhalar un suspiro.

-Está un poco lejos de Florencia ¿No le parece?-

Desconoce qué lo ha llevado a hablarle, ha pasado más de un mes desde el incidente en el teatro y fue catalogado como suicidio.

-Y usted está un poco lejos de Baltimore-

El aroma de Will se libera con advertencia, cosa que sirve de poco al estar frente a un Beta.

-Leo todo lo que me encuentro sobre los métodos de elaboración de perfiles del FBI. He leído todo sobre su desaparición-

-Siga leyendo. Estoy muerto-

Oculta un gruñido al saber que debe escuchar al hombre, no obstante comienza a caminar para conseguir lo demás de la lista.

-Viene usted a Palermo y muy pronto descubren un cuerpo-

Sin dejarse intimidar ante la falta de interés que el agente refleja, lo acompaña por los pasillos.

- ¿Will Graham está aquí por el cadáver del teatro Massimo o el cadáver está aquí por Will Graham?-

Deteniéndose frente a la sección de café debate en qué tan conveniente sería comprar uno.

-¿Por qué está usted aquí, Inspector?-

Descarta la idea al saber lo tentador que sería una taza de café para Hannibal. Ya lo ha visto sufrir por la falta de vino en las comidas.

-Usted sabe quién mató a ese hombre y lo dejó en el escenario-

Al ver que su corto monólogo le llamó la atención decide ser más directo para no perderla.

-¿Y usted no?-

Will responde, mientras su cuerpo lucha por mantenerse relajado.

-Lo conocí. Hace más de diez años-

Observa como es que el hombre saca de su chamarra un pequeño sobre amarillo y por un momento Will cree que está frente a Crawford.

Del sobre extrae una fotografía, misma que le entrega.

-II Mostro, el monstruo de Florencia. Era su costumbre disponer a sus víctimas como si fueran un hermoso cuadro-

Will la observa, detallando la pulcra imagen de dos cuerpos desnudos sobre una camioneta, apenas cubiertos por flores, simulando una pintura de Boticelli.

-El monstruo creaba imágenes que permanecían en mi mente…-

El corazón del menor se acelera, imaginando al joven Hannibal acechar a sus víctimas hasta capturarlas, para posteriormente diseñar la escena con minuciosidad.

Como si el inspector pudiera leer su mente, le entrega otra fotografía del mismo sobre y Will debe contener una sonrisa al ver de quién se trata.

Uno no decide de quién se enamora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora