La vida del doctor Northman era de lo más común, no le gustaba el bullicio, así que no era fácil verlo fuera de su casa y mucho menos en fiestas o lugares concurridos, esto era comprensible para los que sabían la clase de trabajo que desempeñaba. Por algunos años estuvo trabajando en el hospital St. Mary, en la ciudad que nunca duerme, New York. Ahí ejercía como psiquiatra, y pasaba el día dando consultas y prescripciones, algo que le parecía muy impersonal; sentía que no ayudaba a nadie en realidad, ya que la mayoría de sus pacientes, si no es que todos, eran solo amas de casa adineradas con depresiones falsas o adictos socialmente activos, como abogados y distintas clases de empresarios. Los cuales pagaban las altísimas facturas de las consultas, solo para recibir su prescripción mensual y seguir con sus vicios disfrazados.
Después de estar ahí algunos años, decidió trasladarse al sanatorio mental Mercy Grace en la ciudad vecina de Vermont, en el condado de Essex, a unas doscientas millas de Canadá aproximadamente.
Desde el primer día que llegó a Vermont, el doctor Northman decidió iniciar una bitácora, una especie de diario donde pudiera hablar consigo mismo. Esto se convirtió en un hábito que jamás abandonaría y que no sabía qué cosas desencadenaría.
DE LA BITÁCORA DEL DOCTOR PETYR NORTHMAN.
20 de Diciembre del 2012.
Me pareció un desperdicio de dinero pagar un boleto de avión para llegar a Essex, preferí llenar el tanque de gasolina, cargar provisiones y hacer el viaje en mi auto. Sinceramente valió la pena, los paisajes de Vermont son majestuosos, solo el frío ha sido un poco molesto, pero por suerte encontré moteles con habitaciones vacantes; después de todo, mis antepasados suecos se avergonzarían de mí sí me quejara por el frío.
Casi cinco días de camino pueden sonar muchos, pero ¿cuántas veces se tiene oportunidad de recorrer un estado por carretera?
La señora Kersh ha sido muy amable conmigo, a pesar de su apariencia imponente que anunciaba que sería lo contrario, hasta me ha ofrecido una cena caliente como recibimiento y no pude rechazar su noble gesto. Estoy muy cansado, pero no pienso ser grosero, jamás lo he sido y no pienso empezar hoy.
Mañana me presentaré a las nueve am en el sanatorio, imagino que conoceré al director, el doctor Torrence, y al personal. Espero que me asignen casos pronto, muero por empezar a trabajar.
La señora Kersh era una mujer de estatura promedio, delgada pero de apariencia muy sana. Se notaba que cuando joven había sido muy bella, cosa que Petyr confirmó al entrar a su casa y ver fotos antiguas de ella y de su esposo en bañador, en lo que pudo haber sido algunas vacaciones de su juventud. Ahora era una viuda de setenta y dos años y lo único que poseía eran esos cuatro pequeños departamentos que su esposo, el señor Kersh, le había dejado al morir. Durante la cena le contó a Petyr algunas cosas, entre ellas que había perdido un hijo y que por casualidad también había sido doctor, le contó que su nuera vivió con ella al enviudar, pero que después la dejó para volverse a casar y otras cosas de menor importancia. Petyr elogió su energía y su buena salud, lo hizo con sinceridad ya que pocos ancianos pasan de los setenta años sin sufrir ninguna enfermedad de cuidado.
—Essex es una ciudad sana, el aire frío y puro limpia el cuerpo. No es como esas grandes ciudades, como lo es ese NY... —dijo con tono de desprecio, algo normal en las personas que crecen pensando que las grandes ciudades son dañinas, a lo que Petyr solo contestó encogiendo los hombros y ladeando un poco su cabeza—. ¡Me alegro de que haya salido de ese lugar aun siendo joven! Si se queda en Essex vivirá más años, se lo aseguro, doctor.
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Insanity
Mystery / ThrillerLa mente humana es un enigma perfecto; así como guarda recuerdos felices, suprime y oculta los que nos dañan. Petyr Northman es un doctor especializado en psiquiatría que busca nuevos horizontes viajando a Essex, Vermont. En esta pequeña ciudad comi...