Por los siguientes años después de la muerte de Petyr, los recuerdos regresaban una y mil veces a la mente de Andrew, sobre todo aquellos referentes a los buenos ratos que vivió al lado de su amigo; esa clase de recuerdos que te van llevando a otros como si de una cadena sin fin se tratara, aunque a veces aquello parecía más una intrincada y engañosa telaraña... una que varias veces lo llevó al pasaje más extraño de su vida, el que más dudas plantó en él.
Varios años atrás, el penúltimo día de trabajo de Petyr como director del Mercy Grace fue un día de celebración en el sanatorio, sus colegas y todos los asistentes se organizaron para celebrar el retiro del último director del sanatorio.
Cuando Andrew y Petyr estaban por dejar el sanatorio, una de las asistentes de Andrew lo alcanzó.
—¡Doctor May, espere, doctor May! —Andrew volteó al escuchar a la joven mujer, la cual iba casi corriendo para alcanzarlo—. Este expediente es nuevo y el director no lo ha revisado, es una transferencia de emergencia que por todo esto del retiro del doctor Northman se quedó un poco traspapelado... lo siento. Es un chico de nuevo ingreso, se lo podría dar usted, quizá sea necesario que lo revise, se ve que es un caso muy complejo.
—Déjame verlo, ya sabré si es oportuno dar trabajo al doctor Northman o si mejor se lo dejamos al nuevo director.
Andrew comenzó a leer la primera página del expediente, el nombre del paciente era Vinker Vincent Varkole, tenía veintidós años y había estado saltando de sanatorio en sanatorio desde los nueve años, desde entonces soñaba y alucinaba con cuatro mujeres a las que él llamaba "sus amadas". Andrew reconoció el nombre de inmediato y cerró el expediente.
—Rose —dijo dirigiéndose a la asistente que aún esperaba su respuesta—. ¿Este caso ya ha sido asignado? —preguntó casi en secreto.
—No, doctor, le falta autorización, pero como el chico ya está aquí fue ingresado hoy por la mañana. Este es el expediente que trajo de su antiguo hospital. Por eso pensé que el doctor Northman querría verlo. Todo ha sido culpa mía, la asistente del director me pidió ayuda con sus expedientes porque estaba ocupada con la fiesta y...
Andrew le hizo una señal con la mano dándole a entender que no se preocupara por eso.
—¿De dónde proviene este chico? —quiso saber, le parecía más importante que el descuido de las asistentes.
Rose buscó un poco entre las hojas del expediente que aún sostenía Andrew.
—Virginia, de un lugar llamado... Harrisonburg. ¿Eso importa?
La pregunta de Rose se quedó sin contestar, ya que Andrew estaba teniendo un pequeño apocalipsis mental. Sabía que no le diría de la existencia de este chico a Petyr ni a nadie más. Andrew no podía creer que el destino o lo que fuera pudiera jugar semejantes trastadas. ¿Qué explicación lógica podía tener esto, en qué clase de mundo pasan estas cosas?
—Rose, este expediente me lo llevaré yo para estudiarlo. El lunes, cuando el nuevo director tome posesión de su cargo, pediré quedarme con el caso. Guardemos el secreto del niño Vinker por mientras, ¿sí? Él ya está instalado, ¿cierto?
—Sí, doctor, está instalado —dijo la asistente Rose sonriendo cariñosamente.
—Que tengas un lindo fin de semana, Rose.
—Igualmente, doctor May. —Cuando Andrew ya se había alejado unos pasos y mientras metía el expediente en su maletín, Rose lo alcanzó trotando los pocos pasos que los separaban—. ¡Doctor May!
—¿Sí, Rose?
—Disculpe, pero a usted le quedan unos pocos años laborales, cinco u ocho, ¿no? Y este chico ha estado enfermo por casi quince años, ¿cree poder hacer algo por él antes de irse?
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Insanity
Mystery / ThrillerLa mente humana es un enigma perfecto; así como guarda recuerdos felices, suprime y oculta los que nos dañan. Petyr Northman es un doctor especializado en psiquiatría que busca nuevos horizontes viajando a Essex, Vermont. En esta pequeña ciudad comi...