CAPITULO 33

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El día anterior a que partieran Petyr y Andrew de regreso a Essex, habían pasado una excelente velada en casa de Louis y su madre; todos ayudaron a preparar una pequeña pero deliciosa parrillada para los cuatro, y mientras la comida estaba lista conversaban como si el tiempo no hubiera transcurrido. Así se enteró de que su amigo Louis estaba divorciado y por eso vivía con su madre, también que tenía una pequeña hija llamada Sandy. Hablaron poco sobre lo ocurrido con la mente de Petyr, la señora Heaven al parecer le había dicho a su hijo que no era apropiado tocar demasiado el tema; ella deseaba que el hombre que ella había ayudado a criar no tuviera más contratiempos ni preocupaciones y, si con su prudencia ella ayudaba un poco a ello, así sería.

El día de su partida, antes de salir de la casa de su madre, Petyr se llenó de valor y decidió llamar a Camille. Por suerte ella no estaba en casa, así que solo dejó un mensaje en su contestador. No estaba muy seguro de qué decir en estos casos, no le pensaba decir que estaba un poco loco y que lo sentía, así que solo dijo "Gracias y perdón por todo", esperando que esas pocas palabras expresaran lo apenado que estaba por su comportamiento.

Antes de partir al aeropuerto, se despidió con la promesa de volver. Después de todo, Harrisonburg era un lugar muy agradable, y también su hogar.

El trayecto de la casa de Petyr al aeropuerto había sido un poco silencioso, igual que la estancia en el mismo y el abordaje.

—¿Qué va a pasar ahora? —le preguntó Petyr a Andrew cuando el avión de regreso a Essex despegó.

—Volveremos a trabajar, yo seguiré siendo tu asistente, tú seguirás consultando y ayudando a tus pacientes, y yo volveré a decirte "doctor Northman".

—¿Tú crees que aún ame a Victoria al volver? —preguntó con aire meditabundo.

—¿Piensas que Clayton te motivó a amarla?

—No lo sé —dijo en un suspiro aterrado de que así fuera.

—Yo pienso que no, creo que eres tú el que la ama. El recuerdo de Clayton te movió a tatuarte cosas y hacer otras tantas, pero esas partes de tu vida las habías olvidado o más bien reprimido, y a Victoria no la olvidas, no olvidas ese sentimiento, ¿o sí?

—No. Claro que no. Jamás podría olvidar el sabor de su piel y de su boca —dijo con voz soñadora mientras evocaba el rostro de Victoria.

—Ves, yo creo que sí la amas y eso no cambiará, porque... —Andrew paró de hablar y miró a Petyr con evidente asombro—. ¡Espera! ¿Dijiste el sabor de su piel y su boca? ¡Petyr, doctor Northman... usted ha tenido relaciones íntimas con una de sus pacientes!

Petyr rio avergonzado, cubriendo la mitad de su rostro con su mano. Esta era la primera vez que admitía abiertamente tener un romance con Victoria Rice. Sabía que Andrew cuidaría bien de su secreto.

—Comprende, Andrew, ella es hermosa, ella es... un alma perfecta. ¡Victoria es la mujer que quiero amar el resto de mi vida!

—Comprendo. Estas son cosas que no se planean, ¿cierto?

—Así es. Y tú, ¿amas a la señorita Gontier?

—No lo sé... bueno, sí sé. Pero lo que no sé es si sea prudente o correcto dar rienda suelta a ese sentimiento.

—¿Por qué?

—Bueno, tu caso es distinto, ahora sé que tienes mucho dinero, solo que no sabías donde lo invertías. —Ambos se rieron, ahora ya podían hablar del tema de la mente de Petyr un poco más a la ligera—. Cuando Victoria sea declarada sana, fácilmente podrás darle un sitio donde vivir, un hogar y que esté cómoda, además que para ella su casa ha sido el Mercy Grace. Pero yo no tengo nada y Nelly es una mujer con un nivel, ha vivido igualmente en un sanatorio, pero al salir quizá ella busque un lugar como el que tenía con su esposo, el gorila millonario ese. Yo solo tengo un departamento donde apenas hay espacio para mí y una mesa.

InsanityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora