CAPITULO 28

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En menos de una hora, Andrew ya había hecho las reservaciones para el vuelo a Virginia, dos boletos directos hacia Harrisonburg. Andrew ya tenía impresos los comprobantes de los boletos y los recogería más tarde después de su hora de salida. Mientras veía sus nombres en las hojas de papel aún tibias, recién salidas de la impresora, temió un poco por Petyr, al cual ya consideraba un amigo, temió que no pudiera manejar todo lo que se avecinaba.

Andrew pensó en todas las posibilidades y ninguna le pareció alentadora, estas eran desde ataques de pánico, hasta crisis nerviosas y desvaríos. Se preguntaba una y otra vez si él podría manejar algo así, lidiar con un hombre adulto en medio de una situación de ese tipo en una ciudad extraña. Al final decidió encomendarse a Dios y esperar lo mejor, sino el que terminaría con una crisis nerviosa seria él.

—Doctor, ya tengo los comprobantes de los boletos, iré por ellos esta tarde —informó Andrew al entrar en la oficina de Petyr a la vez que le devolvía su tarjeta de crédito—. El vuelo sale en las primeras horas de la madrugada del sábado.

—Me parece perfecto —respondió Petyr pensando que tendría tiempo de ir a la fiesta de despedida de Alice, regresar a casa a dejar a Suzzane y recoger su maleta—. Andrew, si quieres puedes venir conmigo y con la señora Kersh a la fiesta de despedida de Alice —sugirió Petyr con la idea de ahorrar un poco de tiempo.

—Uhm... Alice ya me había invitado. —Andrew vio la expresión de sorpresa de Petyr y rápidamente se adelantó a corregir—. ¡No con ella! Pero sí a la fiesta.

Petyr sonrió divertido. Era cierto que le hubiera parecido muy apresurado y extraño que Alice lo hubiera invitado a ir con ella y que él hubiera aceptado, sabiendo ya los sentimientos que guardaba por Nelly Gontier. Pero lo que más le divirtió fue que Andrew se alarmara ante la posibilidad de la presencia de celos.

—Claro. Debí suponerlo, ustedes son compañeros, es claro que te invitara. Entonces, ¿llegarás solo o quieres venir con nosotros?

—Pues, si no es molestia, puedo reunirme con ustedes en su casa e irnos juntos —aceptó Andrew—. Y... ¿Quién es la señora Kersh?

—Es una amiga, la primera amiga que tuve al llegar a Essex, también es la que me renta el departamento donde vivo.

—Cierto, usted renta ese departamento. Yo debería mudarme, donde vivo es deprimente.

Después de esto, pasaron un rato poniéndose de acuerdo en lo que sería su itinerario para el viernes en la noche y hasta subir al avión. Al terminar, Petyr se levantó de nuevo de su silla, con un puñado de expedientes en mano, dispuesto a partir hacia sus rondas en las demás alas.

—Doctor Northman... yo nunca he viajado en avión —dijo un poco avergonzado Andrew, mientras salían de la oficina y se sentaba frente a su computadora.

Petyr se sintió un tanto paternal, Andrew algunas veces le hacía sentir eso, ya que había tenido que salir adelante solo, tal como él lo hacía ahora.

—Antes de la primera vez yo tampoco —dijo Petyr dejando caer su mano en el hombro de Andrew amistosamente—. No es la gran cosa.

Ese mismo día, Petyr llevó la cena a la casa de Suzzane, y la invitó como su acompañante a la fiesta en honor de Alice.

—¿Qué dices, nena? ¿Vamos? —preguntó guiñándole un ojo y con una enorme sonrisa a manera de un muy convincente coqueteo.

—¡Petyr Northman! Eres todo un galán, ¿cómo decirte que no a algo? Claro que te acompaño —aceptó Suzzane en medio de risas.

—Además tengo que decirte otra cosa. Después de la fiesta y de que te traiga a casa, debo salir, saldré de Essex un par de días.

—¿A dónde iras? ¿Está todo bien? —preguntó Suzzane, un poco consternada por ese repentino viaje.

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