LAGRIMAS

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No logré formular una sola palabra me quede estática, una lagrima recorría mi mejilla, chocaba con el piso, las palabras de esa mujer fueron dos cuchillos afilados que cortaron mi corazón, estaba perdida en un mar de recuerdos, un océano de dudas, Alejandro me arrebató su celular, dijo mi nombre en tono molesto.

-    No tienes por que responder mis llamadas- su rostro desencajado, su postura, las lágrimas en sus ojos, me dejaban claro, ella sabe que le soy infiel pensé- Angie yo- no me dejó continuar.

-    No digas nada Alejandro- seque las lagrimas, camine hacia la puerta, cada paso, parecía despegar cada parte estrellada de mi cuerpo, mi corazón, mi alma, mi cerebro, salí de la habitación, el tras de mi.

-    Perdóname- le dije estando en la sala, ella colocaba su chaqueta, su bolso, una ligera risa se dibujó en sus labios, me miró.

-    Es tan fácil para ti- mis ojos llenos de furia, decepción, enojo y dolor.

-No fue mi intención, lastimarte- intente tomar su mano, ella la quitó, en tono firme dijo.

-    Vete, por favor de la casa- salí hacia la calle, al estar fuera rompí en llanto, no lograba respirar, regresé a casa cuando lo vi irse, esa noche no logré dormir, cada espacio de la habitación, parecía reírse de mi, de lo tonta que fui, a la mañana siguiente me fui antes que mis hijas, fui a buscar a mi hermana, toque su puerta, ella abrió.

-    Hola, buenos días- ella empezó a llorar, se abrazo a mi- pasa por favor- ella entro.

-    Gracias- no podía dejar de llorar, me sentía frágil, débil.

-    ¿Qué sucede?- ella no paraba de llorar, la abrace, minutos después se tranquilizó, me miró, yo colocaba un mechón de su cabello tras su oreja.

-    Alejandro me fue infiel- la voz entrecortada, mi hermana no dijo nada solo me abrazo, yo lloré como una niña, mi teléfono sonó, tomé aire, ella me dio un pañuelo, seque mis lágrimas y respondí.

-    Hola, mi amor- mi hermana me tejo un vaso de agua mientras yo hablaba.

-    Madre ¿Dónde estas?- me preocupe al buscarla en su habitación y que no estuviera y ver el closet de mi padre vacío.

-    Estoy en casa de tu tía Carmen- tomé aire, intente sonreiré,

-    ¿Estás bien?- estaba preocupada por ella.

-    Si mi amor, no te preocupes te veo por la tarde para comer, debo colgar, vamos camino al colegio.

-    Bonito día ma, te amo- sonreí, ella colgó la llamada, mi hermana me miró.

-    ¿Estás segura de querer ir al colegio?- es una mujer muy fuerte y verla así me destroza el corazón.

- Si, estoy segura debo seguir con mi vida- me levante del sofá, acomode mi cabello.

-    Puedes repórtate enferma- intente convencerla, se veía mal anímicamente.

-    No, voy a seguir con mi vida, con mi trabajo, eso ayudará- tomé aire- iré al tocador, prepárate para irnos- sonreí, me refresque mi rostro, lo maquille, intente sonreír, cuando me sentí lista salí, mi hermana ya estaba preparada para irnos.

-    Te quiero mucho Angie- la abrace con fuerza.

-     Gracias, yo también te quiero mucho- tomé su mano- Gracias por escucharme- salimos de la casa, al llegar al colegio, tomé aire, inicie mi día, con culpas, con el corazón roto, pero seguía de pie, a pesar de las preguntas de mis compañeros por mis ojos hinchados, al llegar la hora de la clase con Daniela, una ligera sonrisa se dibujó en mi rostro, al entrar a su aula, ella me sonrió.

Daniela

Al verla entrar, le di una sonrisa, la note distraída, con los ojos hinchados, durante la clase estuvo más seria de lo normal, al finalizar la clase salimos del aula yo estaba con una compañera cuando la vi, sin pensarlo me acerque a ella.

-    Hola profe- ella me miró, sus ojos reflejaban tristeza.

-    Hola – estoy segura que al verla la expresión de mi rostro cambió, me sentí mejor.

-    ¿Cómo esta?- nuestras miradas se encontraron, ella respondió a mi pregunta.

- Todo bien, gracias, por preguntar- las lágrimas salieron, ella se acercó, me abrazo, su abrazo me dio confianza, me dio paz.

Angela

No quise , ni pude soltarla, sus brazos me calmaban, ella me inspiraba confianza, cuando me soltó, yo deseaba volver a sus brazos, tener esa paz y tranquilidad, me miró, de su bolso saco unos pañuelos desechables seco mis lágrimas, tome aire, ella me sonrió, me miró, sus ojos llenos de vida, parecían un mar de tranquilidad, evocaban serenidad, mis lágrimas sesaron, en tono suave dijo.

-Sea cual sea su problema, tendrá solución- guiño de ojo, quería hacerla sentir mejor, animarla, pero su respuesta me sorprendió.

-    Gracias- suspire- pero es complicado y duele- trague saliva, tome aire y continué, sus ojos marrones, mirándome, con atención, yo me sentí en confianza , así que dije- mi esposo me fue infiel- sensación de coraje, decepción y la lluvia se apoderó otra vez de mis ojos, mis lagrimas rodaban por mi mejilla.

-    Lo siento- Era un tema que yo no he vívido ,pero debe ser doloroso poner tu amor en alguien y que ese alguien te falle.

-    No lo esperaba, toda una vida juntos, dos hijas, planes, proyectos, tantas vivencias- suspire en ese momento entendí que una parte de mí dejó de estar conmigo, se quedó en ese día, en ese momento, que tanto duele.

-    Tranquila- la volví a abrazar, me quede el resto del receso conversando con ella, hasta que la hora de volver a clases llegó, me despedí- debo ir a clases- sonreí.

-    Claro yo también- la mire, mi mano sostuvo su mano, se acercó me abrazo, y yo bese su mejilla, su mejilla suave, su piel muy blanca, en contraste con la mía.

-    Nos vemos- dije en tono tímido , me tomo por sorpresa ese beso en la mejilla, al salir ella estaba cerca de mi aula, yo salí conversando con una compañera, Angela dijo.

-    Adiós Daniela- sonreí, ella me miró.

-    Bye, profesora- seguí mi camino conversando, camine hacia el auto de mi padre, a quien salude con un beso en la mejilla, él preguntó.

-    ¿Cómo estuvo tu día princesa?- conduje hacia la casa.

Angela

La vi irse, yo camine hacia mi auto, un poco más tranquila, me hizo bien hablar con ella, ese abrazo me ayudo también, conduje a casa, esa casa llena de recuerdos, de bellos momentos, estaba súper aroma en mis sabanas, su presencia por cada rincón, me senté en la escalera, con la mirada perdida, miles de recuerdos apareciendo por mi mente, por mi memoria, una lágrima todo, la seque me puse de pie y camine hacia la ducha, al salir abrí el closet, ropa de el, acompañada con lágrimas y decepción , tome su ropa, la quite con fuerza, con furia y la lance al piso.

Daniela

Al llegar a casa, hice mi tarea , me cambié de ropa, luego comimos en familia, después de eso , debía ir a mis clases de idiomas, me preparé mi madre me llevo , al salir yo compré un chocolate, para mi profesora y escribí una nota.

ANGELA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora